Las democracias en el mundo enfrentan un periodo de crisis y desgaste, producto del descrédito que hay entre los partidos políticos y la incapacidad que han demostrado los gobiernos para hacer frente a reclamos sociales en los tiempos de globalización, advirtieron los especialistas Jean François Prud’homme y Daniel Zovatto durante el foro El futuro de la democracia, organizado por El Colegio de México y la agrupación Idea.

Prud’homme, quien coordina del área internacional de El Colegio de México, señaló que el escenario no es muy alentador ante la brecha que se ha abierto entre los partidos y el electorado. Añadió que en las sociedades existe la impresión de una cierta ineficacia y pérdida de capacidad en el contexto volátil de globalización y dificultad de encontrar respuestas a cambios culturales, entendidos como amenazas al entorno, por ejemplo, de las clases trabajadoras.

Es en este contexto, dijo, que en el mundo han proliferado las opciones populistas como alternativas ante el desgaste de los partidos políticos. Esto explica los avances de la derecha en Europa o en Estados Unidos, además de las opciones populistas en la región.

A su vez, Zovatto, de Idea (Instituto para la Democracia y Asistencia Electoral), aseveró que existe un entorno social y económico favorecido por la globalización en el que las democracias consolidadas no han podido ofrecer alternativas ante sectores sociales que perciben amenazas en términos de empleo, de cancelación de opciones por la automatización.

Subrayó que las últimas mediciones del Latinobarómetro revelan que en la región sólo 30 por ciento de la población está satisfecha con los resultados de la democracia, proporción que sigue cayendo. Esto no es una coyuntura pasajera, sino expresión de un consistente declive de la confianza en las instituciones ante la ausencia de alternativas a la problemática económica y social.

Esta coyuntura ha dado paso a fenómenos populistas que se presentan como verdaderas alternativas a los partidos políticos, pero cuyo desempeño, en los hechos, ha sido el debilitamiento de las instituciones democráticas expresadas, por ejemplo, en el resultado del Brexit en Europa o el encumbramiento de Donald Trump, que ha revertido la percepción de la fortaleza de la democracia estadunidense.