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Balance de la jornada

La barra Libres y Lokos, imperturbable

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▲ La barra Libres y Lokos llegó al estadio La Corregidora de Querétaro el fin de semana para apoyar a los Tigres.Foto Jam Media
C

omo si nada hubiese pasado y sin que ninguna autoridad la molestara, la barra viajera Libres y Lokos continuó su tour por todos los estadios. Con su líder Samuel Reyes al frente, en La Corregidora celebró el retorno a la ruta triunfal de los Tigres. A nadie le importa que uno de sus fanáticos esté debatiéndose entre la vida y la muerte tras la gresca suscitada hace una semana en torno al clásico regio.

Es la espectacular barra que enamoró a André-Pierre Gignac, la que en poco tiempo hizo olvidar a Ricardo Tuca Ferretti el “cómo no te voy a quereeer…” de los Pumas, es también la que más broncas ha protagonizado en el futbol nacional. Imborrable la imagen de Ferretti (febrero de 2017), enloquecido, queriendo saltar a las tribunas del estadio Luis Pirata Fuente para blandir los puños y quitar de encima a los aficionados jarochos que agredían a los integrantes de su barra viajera.

Los pleitos entre las huestes de la Libres y Lokos en Jalisco, en CU, en Torreón y otras plazas no han sido de poca monta; sin embargo, siguen pintando de amarillo los graderíos de todos los estadios. Será por eso que su fama ha trascendido fronteras, y en febrero de este año mereció ser la portada de la revista alemana Blickfang Ultra, donde se le hizo una especie de apología por el colorido que imprime a la liga mexicana.

Las barras constituyen casi una industria con cerca de 20 años de antigüedad. Todas tienen un portal con capacidad para movilizar multitudes que envidiaría cualquier político en campaña. Producen playeras, discos con agresivos cánticos y souvenirs que les dan poder para financiar viajes, fiestas, consumir enervantes (está prohibido estar en el graderío, en el grupo, y grabar con el celular), sobre todo las de Monterrey, la ciudad más rica del país.

Tienen nexos con las directivas de los equipos, aunque algunos han querido tomar distancia. Lo cierto es que esos grupos siempre consiguen boletos para entrar a los juegos. Por todo ello, sorprende lo dicho por Enrique Bonilla, quien ni siquiera mencionó la frustrada campaña de credencialización; en cambio, pidió que la prensa evite propiciar la violencia con sus comentarios.

Diego Armando Maradona puso el dedo en la llaga y exhibió la nula credibilidad que tienen los federativos en el plano internacional. Razonó que si han tocado inútilmente 24 puertas en busca de técnico para el Tri es porque la selección nacional es mala palabra. Aseguró que el equipo nacional está en el pozo y alentó a insistir con su coterráneo Gerardo Martino. Así que tras el desaire del Tuca pasarán a cortejar al Tata.

El presupuesto es de 2.5 millones de dólares al año para el próximo estratega tricolor rumbo a Catar 2022, suma bastante aceptable; lo complicado es todo el entorno: jugadores cumplidores en Europa con actividad irregular, una liga local saturada de foráneos en las posiciones de medio campo hacia el frente, un calendario gravemente comprometido en Estados Unidos y, lo peor, intensa presión de un público ansioso por ver aterrizar a su equipo en el quinto partido.

La Máquina, que parecía andar en caballo de hacienda, sufrió otro tropezón que desenterró viejos fantasmas. Se topó con Pachuca, convertido en su verdugo en tiempos recientes, justo cuando se disponía a festejar su madrugadora clasificación matemática, pero la fiesta se volvió pesadilla con una derrota y dos expulsiones. En la Copa Mx, los Bravos de Ciudad Juárez pondrán a prueba su fortaleza.

Otro que salió con parches y raspones fue el Toluca. Los Diablos hicieron un desastroso partido que permitió la primera victoria del torneo al Atlas, mientras Juvenal Olmos, técnico del Veracruz, paga con amargura derecho de piso en el balompié mexicano. Los Pumas, que ganaban 2-0, se frustraron al ser empatados por Puebla. Monterrey goleó a Xolos con su cancha convertida en un chapoteadero.

El América desperdició un penal de último segundo y la mejor entrada del torneo en el estadio Azteca. Los penales ya son un trauma para los amarillos, que se ahogaron con la presión que significó tener la mesa puesta para adueñarse del liderato; el portero Raúl Gudiño dijo no y lo mejor del clásico fue ver a los equipos de mayor afición por televisión abierta.