El uso de la motocicleta registra un crecimiento acelerado en la Ciudad de México. Estimaciones de fabricantes de esos vehículos aseguran que en la capital del país se venden cada año alrededor de 200 mil nuevas unidades, las cuales se han convertido en una alternativa eficaz de movilidad no sólo para empresas, estudiantes o amas de casa, sino también para los delincuentes, quienes cometen nueve de cada 10 delitos de alto impacto abordo de ese tipo de transporte, de acuerdo con funcionarios de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) local.

Para integrantes de motoclubs, la facilidad para desplazarse entre las saturadas vialidades generó esa elevada demanda de motocicletas y motonetas, lo que ha rebasado a las autoridades y a los legisladores capitalinos en su tarea de regularlas. Incluso, usuarios de estos vehículos y los mismos representantes populares coinciden en que no se sabe a ciencia cierta cuántas unidades de ese tipo circulan en las calles de la ciudad.

Cifras proporcionadas por la Secretaría de Movilidad (Semovi) precisan que al cierre de mayo se tenía un patrón de 349 mil 522 motocicletas, cifra que superó las 319 mil que se tenían registradas hasta diciembre de 2017, y que a su vez rebasó las 266 mil 576 que existían en 2016.

Felipe López Téllez y Leonardo Torres, del motoclub Potros Ciudad de México, expresaron que el uso de motocicletas y motonetas está creciendo cada vez más, lo que llevó a que numerosas tiendas departamentales y de autoservicio –como Elektra, Coppel, Comercial Mexicana, Liverpool, Sams y El Palacio de Hierro– hayan incursionado más en este rubro de venta y por ello cifran una parte importante de sus ingresos en la comercialización de esas máquinas motorizadas.

Omar Macías y Jesús Navarrete, también integrantes de esa organización, cuestionaron la facilidad con que se puede comprar una motocicleta o una motoneta. Es suficiente llegar, por ejemplo, con tus 18 o 20 mil pesos a esos establecimientos y salir, sin mayor complicación, con una moto nueva, detalla Macías, para quien las autoridades no han hecho un planteamiento específico e integral para regular la tenencia y circulación de esas unidades.

Por eso, asegura, hay motos que se meten en vialidades primarias, aunque esté prohibido, o hay muchos que las conducen sin papeles, sin casco, sin registro y con placas sobrepuestas. No hay control... esto ya rebasó a las autoridades.

En un tono similar se expresó Jose Gil García, subsecretario de Información e Inteligencia Policial de la SSP, para quien hoy una moto se puede comprar como si fuera una lata de sopa, pues no se pide ningún requisito ni trámite vehicular, antes o después, situación que, en su opinión, ha redundado en que esos vehículos se utilicen para cometer delitos de alto impacto, como homicidios y robos en sus distintas modalidades, y de cada 10 de esos eventos, en nueve utilizan motocicletas para huir del lugar de los hechos.