Washington. Estados Unidos anunció este lunes el cierre de la misión de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en Washington, al acusar a los palestinos de no haber dado pasos para avanzar en el inicio de negociaciones directas y significativas con Israel. El gobierno palestino replicó que se trata de una represalia a su decisión de acusar a Tel Aviv de crímenes de guerra.

La decisión de Washington se suma a la anulación de la ayuda bilateral de 200 millones de dólares, el corte de fondos a la agencia de la Organización de las Naciones Unidas que socorre a millones de refugiados palestinos, y la supresión de la contribución de 25 millones de dólares a los hospitales palestinos de Jerusalén este.

Después de examinarlo de forma cuidadosa, la administración decidió que la oficina general de la delegación de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en Washington debería cerrar, explicó el Departamento de Estado.

La Casa Blanca intenta forzar a los palestinos a regresar a la mesa de negociaciones de paz, empantanadas desde abril de 2014.

Este lunes Saeb Erakat, número dos de la OLP, al adelantar la decisión de Estados Unidos, destacó que los palestinos no sucumbirán ante las amenazas de Washington, ni en sus esfuerzos por juzgar los crímenes que consideran que han cometido los líderes israelíes.

Lejos de ceder, se redoblarán los esfuerzos contra Israel ante la Corte Penal Internacional (CPI), advirtió el dirigente.

El representante de los palestinos en Washington, Hosam Zomlot, declaró en Ramalá que Estados Unidos justificó el cierre de la representación de la OLP, en las gestiones palestinas para llevar a los líderes israelíes ante la justicia internacional por crímenes de guerra.

El gobierno de Trump concreta la lista de encargos solicitados por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo Zomlot.

La lista incluye Jerusalén, los refugiados, el derecho de retorno, las colonias, la franja de Gaza y la partición de ésta y de Cisjordania, añadió.

Los palestinos han presentado ante la CPI, desde su adhesión en 2015, varios expedientes sobre crímenes cometidos –a su juicio– por líderes israelíes, en particular durante la guerra de Gaza en 2014, o los vinculados a la colonización.

El presidente palestino, Mahmoud Abbas, ha congelado todas las relaciones con la administración Trump desde el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel, en diciembre de 2017.