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Ciudad perdida

Realidad e ilusión // Luna busca lavarse la cara // ¿Dónde está la diferencia por la que votamos?

Q

uién sabe en qué pantalla mira el diputado Leonel Luna la realidad de la Ciudad de México, o cuando menos la de la Asamblea legislativa, pero desde luego no coincide con la realidad.

Ahora resulta que pretende armar un periodo extraordinario de sesiones en la misma ALDF, cosa que suena a burla porque el organismo dejó de funcionar prácticamente desde julio pasado.

Aunque no queda claro el motivo de tal osadía, lo que se dice en los pasillos de la asamblea es que Luna busca abrir una rendija desde donde pueda remediar alguna de las fallas en que incurrieron los diputados de la última asamblea en la capital del país, es decir, un momento para lavarse la cara.

Y esto porque no se puede creer que la intención del diputado sea la de devengar el dinero extra que se le paga como presidente de la Comisión de Gobierno, se crea o no, 500 mil pesos mensuales, por la responsabilidad de presidir ese trascendental encargo.

Pero no solo él. Resulta que los diputados que presiden una comisión reciben ese pequeño incentivo, además de otros muchos privilegios que significan ser representante de los habitantes de la capital del país. La ALDF se compone de 32 comisiones, y al parecer, cada uno de los diputados presidentes se lleva la misma cantidad, es decir, cada mes, los habitantes de esta ciudad pagamos 160 millones de pesos por la responsabilidad que deben cumplir esos mismos diputados.

Eso se paga, trabajen o no los diputados, y durante los pasados dos meses, pues simplemente no han trabajado. Bueno, algunos van, pero no hay trabajo en el pleno, lo que se advierte ya que no existen temas para legislar, y eso aún ahora tiene costos. No en balde los legisladores de este organismo son los que tienen una de las más bajas calificaciones por parte de la ciudadanía.

Así que todo parece indicar que la intención de ir a una sesión extraordinaria, más que tratar algún asunto de importancia trascendental, lo que pretende es crear la oportunidad de limpiarse la cara, frente a una sociedad que los condena. Lo malo es que Luna no sabe con certeza si los demás diputados acudirán a la convocatoria, o simplemente dejarán pasar el momento, y lo otro es que debe tener en claro que la sociedad capitalina no va a dar crédito a los argumentos que expongan los diputados para tratar de explicar sus fallas.

Eso debe ser un punto muy importante para la reflexión del presidente de la Comisión de Gobierno, porque como se ven las cosas sería ir a una sesión inútil que podría hasta resultar como una provocación para mucha gente que se ha sentido agraviada por el accionar de los miembros del organismo.

De Pasadita

Al mejor de los estilos del PRI –en proceso de extinción–, el senador Ricardo Monreal construyó una alianza con el Partido Verde para, según se dice, armar una mayoría imposible de vencer en esa cámara. También como buen hombre del PRI, Monreal niega haber hecho tal componenda que dio a la creación de un nuevo concepto de político: el gobernador con rebote.

Todo indica que no era necesaria tal alianza, porque Morena tiene los suficientes legisladores para inclinar la balanza en su favor, pero Monreal, quien seguramente sabía cuál iba a ser la crítica a este asunto, decidió ir por la alianza, aunque implicara sabotear el proyecto de López Obrador, porque ayer por la mañana en todas partes se levantó la pregunta: ¿Dónde está la diferencia por la que votamos? Aguas.