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El consenso de Mauricio Macri // Argentina al borde del colapso

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▲ México dará seguimiento a las conversaciones comerciales entre Canadá y Estados Unidos, que se reanudarán el miércoles, coincidieron Ildefonso Guajardo, secretario de Economía, y el canciller Luis Videgaray.Foto Ap
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auricio Macri se instaló en la Casa Rosada el 10 de diciembre de 2015 y desde entonces Argentina ha ido de mal en peor. En sus casi tres años como presidente, este personaje ha logrado un repunte del dólar frente al peso argentino de casi 350 por ciento, la caída libre del poder adquisitivo de los ciudadanos y un desbarajuste económico que tiene a la nación sudamericana al borde del colapso.

Todos lo alucinan, pero él y su gabinete se dan el lujo de afirmar que su gobierno no es un fracaso. Y tan es así que alrededor de 80 por ciento de los argentinos no lo tolera y califica de negativa su estancia en la Casa Rosada, amén de que, de nueva cuenta, les han cargado otro draconiano acuerdo de asistencia financiera con los buitres del Fondo Monetario Internacional (FMI), que, como siempre, no buscan otra cosa más que asegurar el pago de (los jugosos intereses de) la deuda.

Con el clásico manual fondomonetarista en la mano –que hunde a la población, pero garantiza los haberes de los de siempre–, el Banco Central de Argentina decretó el alza de la tasa de interés de 45 a 60 por ciento, la más elevada del mundo (tres tantos mayor a la de Venezuela), con el objetivo, según dijo, de contener la devaluación del peso. ¿Resultado? El tipo de cambio con el dólar se mantiene por las nubes, mientras los argentinos ya no sienten lo duro, sino lo tupido.

En su más reciente informe (que sólo considera los resultados a la mitad de 2018), la Cepal advierte que la vulnerabilidad externa, en combinación con ciertas tensiones financieras internacionales, indujo una fuerte depreciación del peso, con la consiguiente aceleración inflacionaria, una caída de las reservas internacionales de 13 mil 100 millones de dólares entre el 20 de abril y el 21 de junio, y un marcado aumento de la tasa de interés de referencia del banco central, que llegó a 40 por ciento anual (ahora es de 60 por ciento).

Así, sin las mismas facilidades de acceso al financiamiento internacional, el gobierno argentino acordó con el Fondo Monetario Internacional un programa de asistencia financiera por 50 mil millones de dólares y se comprometió a cumplir una meta de déficit fiscal primario más exigente tanto para el año en curso como para el próximo bienio.

En consecuencia, para 2018 prevé una caída de 0.3 por ciento del producto interno bruto, y dicha previsión se debe no sólo a la contracción esperada en el consumo y la inversión, producto de la depreciación cambiaria, la política monetaria contractiva y la reducción del gasto primario proyectadas, sino también a una importante caída de las exportaciones primarias, asociada a la fuerte sequía que afectó al sector agrícola local durante el primer semestre del año.

Además, el programa de desembolsos acordado con el FMI no resulta suficiente para cubrir los compromisos de lo que resta de 2018 ni, especialmente, de 2019. De mantenerse la tendencia a la dolarización de carteras de años recientes, tampoco alcanzaría para equilibrar la balanza de pagos, aun en el marco de una caída en el nivel de actividad.

Ante tal panorama, el ministro argentino de Hacienda, Nicolás Dujovne, viajará a Washington, sede del FMI, para pedir más apoyo del organismo financiero, a cambio de profundizar el ajuste fiscal (léase mayor sacrificio para la de por sí golpeada población). Se trata, según la versión oficial, de seguir avanzando en los entendimientos técnicos con el Fondo para desembolsos adicionales en 2019.

Entonces, de nueva cuenta se escucha el cántico de los argentinos: que se vayan todos.

Las rebanadas del pastel

Contraria a las prácticas del gobierno peñanietista, la canciller canadiense, Chrystia Freeland, ha dejado en claro que en las negociaciones comerciales con Estados Unidos su país busca un buen acuerdo, no cualquier acuerdo, como Luis Videgaray comprenderá… El tipo de cambio peso-dólar cerró semana financiera hasta en 19.58 por uno en ventanilla bancaria.