La economía mexicana perdió impulso en el segundo trimestre del año, afectada por una menor actividad en los sectores industrial y de servicios, que combinados representan cuatro quintas partes de la actividad, así como por la incertidumbre en torno al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y el proceso electoral.

Entre abril y junio de este año el producto interno bruto (PIB) tuvo una contracción de 0.2 por ciento, en comparación con el primer trimestre, reportó este viernes el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). A tasa anual, es decir, con respecto al segundo trimestre de 2017, la economía creció 1.6 por ciento, en ambos casos en cifras ajustadas por estacionalidad para hacer comparables los periodos con base en el mismo número de días laborables.

Los resultados confirmaron que la actividad económica perdió impulso durante el segundo trimestre del año, comentó Eduardo González, analista de Citibanamex. La desaceleración refleja una combinación de varios efectos, en particular una ligeramente menor demanda de exportaciones, la incertidumbre generada por la renegociación del TLCAN, el endurecimiento de la política monetaria y el bajo margen del gasto gubernamental, añadió.

En un sentido similar, Joan Domene, analista de Invex, consideró que el escenario de alta incertidumbre respecto al TLCAN y las elecciones lastraron la inversión y el comercio, a la vez que se diluyó el efecto de los trabajos de reconstrucción tras los sismos del año pasado.

Sin embargo, el sector servicios, que concentra dos tercios de la actividad económica, creció 0.2. Al interior, el aumento en servicios inmobiliarios, financieros y de transporte compensaron la contracción en el comercio minorista y mayorista.

En el segundo trimestre, el sector industrial tuvo una contracción de 0.3 por ciento, respecto del trimestre previo, mientras que los servicios avanzaron 0.2 por ciento, en ambos casos con las cifras ajustadas por estacionalidad.

Sobre la base original, sin ajuste por estacionalidad, el PIB creció 2.6 por ciento anual en el segundo trimestre, la tasa más alta en cinco trimestres, favorecida por el efecto del calendario de la semana santa: hubo más días laborables que en el periodo comparable de 2017.

En el tercer trimestre se presentará un ligero repunte de la actividad, ante un escenario menos incierto y crecimiento sostenido del consumo, apoyado por los altos niveles de optimismo entre consumidores, el incremento en remesas y la fortaleza del mercado laboral, comentó Domene.