Nueva York

Algunos pacientes que necesitaban desesperadamente un trasplante de riñón participaron en un experimento osado a través del cual recibieron órganos de donadores infectados con hepatitis C.

La apuesta dio buenos resultados. Sus nuevos órganos funcionan bien gracias a la medicina que tomaron para matar al virus, señalaron investigadores.

Fue un estudio de 20 pacientes. Los expertos dicen que esto indica que algunos órganos que ahora se desechan podrían ayudar a agilizar trasplantes para pacientes que están en listas de espera durante años.

Tenemos que olvidarnos de que esos órganos no valen y de que la gente no los va a querer, afirmó Peter Reese, especialista en riñones de la Universidad de Pensilvania, quien dirigió el estudio.

En Estados Unidos casi 95 mil personas están en lista de espera de esos órganos, pero sólo 19 mil 850 recibieron uno en 2017, según la organización Red Unida para el Intercambio de Órganos. Eso cubre alrededor de 20 por ciento de los casos.

Prometedores fármacos

La hepatitis C es una infección que puede destruir el hígado si no se recibe tratamiento. Trasplantar órganos con el virus puede infectar al beneficiario, aunque existen nuevos medicamentos que prometen matar al virus, por lo que el equipo de Reese decidió probar si era seguro trasplantar riñones afectados a gente que no tiene el virus, pero que podría morir si sigue en las largas listas de espera.

El virus murió con un tratamiento de 12 semanas contra la hepatitis en los 20 pacientes. En comparación con los que recibieron órganos no infectados, sus nuevos riñones funcionan igual, incluso un año después del trasplante.

Merck & Co contribuyó al financiamiento del estudio y ofreció fármacos. Los resultados fueron publicados en la revista especializada Annals of Internal Medicine.

El ingeniero civil Kiran Shelat, de 65 años, de Yardley, Pensilvania, estuvo dos años en la lista de espera antes de participar en el experimento. Ahora se siente con más energía, puede ir al gimnasio y a reuniones familiares.