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EPN: empleo = fracaso social // Premium: 21 pesos por litro

E

l saliente inquilino de Los Pinos se autodenominó presidente del empleo a raíz del crecimiento sostenido de plazas laborales en el sector formal de la economía –registradas en el IMSS–, lo que si bien constituye un éxito estadístico para su administración, en los hechos resulta un sonado fracaso social.

¿Por qué? Porque si bien son muchos los empleos formales creados (comparados con los de gobiernos anteriores, aunque a todas luces insuficientes para atender la demanda real), su característica ha sido la creciente precariedad, es decir, cada vez peor pagados, con prestaciones a la baja y fomentadores de la pobreza, de por sí abultada y creciente. Y a ello se suma el impacto negativo en materia pensionaria.

En el primer año de estancia en la residencia oficial, se registraron 463 mil empleos formales y de allí el número fue creciente año tras año, hasta sumar (junio pasado) alrededor de 3.6 millones de plazas, con ganas de superar los 4 millones al cierre de su mandato (cerca de 60 por ciento de la demanda real).

Los indicadores oficiales de desocupación paulatinamente descendieron hasta reportar los niveles más bajos de los pasados 10 años. Sin embargo, aquellos que lograron incorporarse al mercado formal ni lejanamente mejoraron su nivel de bienestar.

De ello da cuenta un análisis del Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública de la Cámara de Diputados (CESOP: La respuesta institucional al problema delmercado de trabajo; evaluación de diseño al programa Apoyo al empleo, un trabajo realizado por Giovanni Jiménez Bustos), del que se toman los siguientes pasajes.

En el periodo 2010-2018 se fomentaron en México empleos para personas con secundaria completa (34.23 por ciento) principalmente; le siguen las que cuentan con educación media superior y superior (24.17). Por su parte, los empleos para mexicanos con primaria terminada o inconclusa representaron 41.5 por ciento de toda la población económicamente activa ocupada en México.

Los empleos se generaron principalmente en el sector terciario (servicios y comercio), ya que absorbieron 56 por ciento de las plazas (36.1 y 20.5 por ciento, respectivamente). Por su parte, la agricultura generó 18 por ciento, la industria manufacturera 12.9 y la de la construcción 12.3.El Inegi dio a conocer que 80 por ciento de los trabajadores obtiene salarios por debajo de 10 mil pesos mensuales. El 20 por ciento restante gana entre 12 mil 947 y 53 mil 607 pesos al mes.

El mercado de trabajo, tal y como se encuentra actualmente, además de generar un problema de desigualdad de los ingresos, donde quien menos gana percibe 4 por ciento de quien obtiene más, conduce a un problema aún más grave: los ingresos en la vejez. El vínculo entre el sistema de pensiones y el mercado de trabajo está dado por la tasa de densidad de cotización, que considera el tiempo de cotización en el SAR y en el mercado laboral.

Los primeros siete deciles (70 por ciento del total) perciben los mismos ingresos en la vejez; esto se debe a que en México existe un piso mínimo definido en la ley del Sistema de Pensiones, por lo que si el Estado sigue fomentando este tipo de empleos, no servirá de nada haber cambiado el programa de retiro de beneficios contributivos a contribuciones definidas (Afores), ya que seguirán las presiones sobre las finanzas públicas, que fue el principal argumento que se esgrimió para el cambio de régimen pensionario.

Las rebanadas del pastel

Cuando se puso en marcha el megagasolinazo (primero de enero de 2017), el entonces secretario de Hacienda, José Antonio Meade, pidió a los consumidores no asustarse, porque vendrían días en los que los precios de los combustibles unos días subirán y otros volverán a bajar. Pues bien, los consumidores no están asustados, sino aterrorizados, porque el litro de Premium ronda 21 pesos y el de Magna 20 pesos.

Twitter: @cafevega