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Exigen políticos desaparecer el ICE

Protestan en todo EU contra política migratoria de Trump

Cientos de miles en más de 100 urbes claman por reunificar a familias

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▲ Familias completas, estudiantes, artistas, líderes sindicales y políticos, entre los participantes en la marcha de Minneapolis.Foto Ap
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▲ En Los Angeles, repudio a los llamados centros de detención.Foto Afp
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 1º de julio de 2018, p. 22

Nueva York

Vergüenza, vergüenza, vergüenza, corearon ayer decenas de miles de manifestantes en más de 100 ciudades denunciando la política de separación de niños de sus padres migrantes impulsada por el régimen de Donald Trump.

La brutal práctica de separación de miles de niños de sus padres y enjaularlos bajo la política de tolerancia cero –anunciada en abril pasado– generó una respuesta tan amplia, que el presidente finalmente fue obligado a firmar una orden ejecutiva para supuestamente suspenderla y prometer la reunificación de esas familias con sus más de 2 mil niños que les fueron arrebatados.

Pero eso no logró frenar la ola de ira que ello provocó ni la oposición a la propuesta del gobierno de sustituir su política de separación de familias por la detención indefinida de familias enteras.

Ayer, ese repudio quedó registrado a lo largo y ancho del país, desde esta ciudad hasta Los Ángeles, entre decenas más, donde algunos discursos y pancartas, incluyendo sobrevivientes y familiares de las víctimas, compararon esas prácticas con las de los nazis, como también con otras llevadas a cabo en la historia de Estados Unidos, cuando niños fueron separados de esclavos afroestadunidenses y de familias indígenas. Muchos subrayaron que a estas alturas, con esas políticas, esta lucha ya se trata de salvar la democracia en el país.

De Foley Square al sur de Manhattan, a través del puente de Brooklyn, miles de familias, líderes de derechos y libertades civiles, defensores de migrantes, sindicalistas, artistas, maestros, dirigentes políticos, doctores y estudiantes marcharon con mantas y pancartas en inglés y español –algunas más en otros de los más de 200 idiomas de esta metrópoli– exigiendo la reunificación inmediata de familias y su liberación.

Ningún humano es ilegal, afirmaban. El único niño que debería ser enjaulado, decía una pancarta con un dibujo de Trump dentro de una celda. Otra expresaba: Que los niños se queden, que deporten a los racistas.

Alguien está intentado arrebatar al niño Jesús de los brazos de María, advirtió el reverendo Al Sharpton, veterano líder nacional de derechos civiles y de afroestadunidenses. Los blancos, los musulmanes y los judíos, todos juntos, no lo vamos a permitir. Muchos venimos de una historia de separaciones de niños. Los judíos, nosotros los afroestadunidenses y ahora es nuestro momento para decir que no lo permitiremos, no nos quedaremos callados.

Héctor Figueroa, presidente del poderoso sindicato local de servicios SEIU, gritó: Vamos a luchar por las familias. Son nuestras familias las que están deshumanizando. Y recordó que dos de cada tres agremiados en su sindicato nacieron en otros países.

En Washington, en el parque Lafayette (nombrado por el inmigrante francés que ayudó en la lucha por la independencia de este país), frente a la Casa Blanca, miles escucharon que Lin Manuel Miranda, famoso creador de Hamilton, una de las obras más exitosas y famosas en Broadway, entonó una canción de cuna (de esa obra) para todas las madres que no podían cantar y arrullar a sus hijos separados.

La cantante Alicia Keys, con la misma intención, dio lectura a un cuento para niños separados. Declaró, al igual que otros en diversas ciudades, que con la resistencia a esas políticas esto se trata de salvar el alma de este país.

Tanto en Nueva York y Washington, como en otras urbes del país, políticos federales y locales, así como artistas famosos, se sumaron a las marchas. En Chicago, el senador Dick Durbin declaró: Tenía que estar aquí.

En Boston, la senadora Elizabeth Warren llamó a deshacer la agencia de migración ICE y comentó ante los congregados que madres me han dicho que en las noches creen que están escuchando el llanto de sus hijos. Esto se trata de niños en jaulas, de seres humanos.

En Los Ángeles, el músico John Legend –ganador de múltiples Grammy y un Óscar– tocó una de sus rolas. La diputada federal Maxine Waters llamó a destituir al presidente, y la senadora Kumala Harris declaró que cuando sabemos que tenemos a esos 2 mil niños llorando por sus padres, sabemos que somos mejores que esto.

Ecos de esto retumbaron en otras ciudades, de El Paso a Denver, de Burlington a Vermont, de Tampa a Indianápolis, incluyendo urbes y pueblos pequeños del país. Tal vez nuestros antepasados llegaron a estas tierras en buques diferentes, pero ahora todos estamos en el mismo barco. No hay tal cosa como un ser humano ilegal. Todos somos humanos, declaró el diputado federal e icono del movimiento de derechos civiles John Lewis en la manifestación de Atlanta.

En un editorial, el New York Times afirmó que las marchas que se realizan en el país este fin de semana realmente son sobre el alma de Estados Unidos. Subrayó que la separación forzada de niños no se puede justificar. El gobierno de Trump ha cometido una grave ofensa. Es deber de todo estadunidense decente demandar que de inmediato estos niños vuelvan con sus padres.