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En México se olvidan del que hizo al atleta, señala el entrenador

Raúl Barreda: mi historia con Ana Guevara, fascinante y maravillosa
 
Periódico La Jornada
Domingo 27 de mayo de 2018, p. a15

La nostalgia invade a Raúl Barreda por los momentos de felicidad que compartió con Ana Guevara, velocista que puso a México en la cima mundial en los 400 metros en París 2003 y el subcampeonato olímpico en Atenas 2004, así como el récord del orbe en 300 metros en la pista de Ciudad Universitaria, el cual estableció un 3 de mayo hace 15 años.

Con el pelo totalmente blanco y andar lento, el entrenador de velocidad esboza una sonrisa cuando platica de la sonorense, a quien recuerda como la deportista que fue y dejó su nombre en el atletismo del mundo entre las ocho mejores de todos los tiempos en la vuelta al óvalo y la marca mundial de 35.30 segundos.

Una historia fascinante que no se volverá a repetir. Como esa mujer, muy pocas. En el deporte era especial, disciplinada, pero sobre todo, la fe que tuvo en mí fue lo que la llevó hacer cosas grandes, relata el mexicano de origen cubano, quien guió a Ana a la obtención de 20 medallas, 13 de oro, cuatro platas y tres bronces en toda su carrera que comenzó en 1998 hasta su retiro en el 2008.

Una década maravillosa, dice Barreda con sus ojos pequeñitos que brillan como si la estuviera viendo correr en la pista del Centro Deportivo Olímpico Mexicano, donde se realiza la entrevista con La Jornada. ¡Qué gratos recuerdos!, expresa el entrenador, quien pronto cumplirá 77 años de edad y fue Premio Nacional de Deportes en 2002.

Sin embargo, como entrenador su trabajo ha sido casi ignorado. No ha parado en la producción de velocistas en la escuela donde trabaja con Serafín Rodríguez, uno de sus auxiliares, en el CDOM. Hace dos años, la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) ni las gracias le dio y lo sacó del fideicomiso Compromiso Integral de México con sus Atletas (CIMA).

A partir de esa fecha, Barreda ha deambulado en algunas entidades en la búsqueda de talentos. Nadie le ofrece buen salario. Tiene sus ahorritos y espera lograr un retiro digno.

Aquí se olvidan del que hizo al atleta y a veces oyen más al deportista que al entrenador. Cuba, que es un país pobre, a los medallistas olímpicos y a sus entrenadores les pagan. Tengo dos meses buscando y tratando de hablar con el señor (Alfredo) Castillo y su secretaria me dice que está ocupado o no está. No estoy chillando, pero como entrenador merezco respeto, dice Barreda Mauri, quien fue rescatado por Raúl González cuando dirigía el Instituto del Deporte en Monterrey en 2016.

—¿La senadora Ana Guevara lo ha buscado?

—Yo nunca chillo. A ella no le pido nada; fue una bendición.