Roma.

El presidente de Italia, Sergio Mattarella, encargó este miércoles a Giuseppe Conte, candidato del partido antisistema Movimiento Cinco Estrellas (M5E) y la ultraderechista Liga, la formación del gobierno número 65 de la historia republicana del país, tras 80 días de negociaciones entre las agrupaciones políticas después de las elecciones legislativas del 4 de marzo.

Tras recibir el encargo, Conte prometió en su primer discurso en el palacio del Quirinale actuar como el defensor del pueblo italiano cuando represente al país ante la Unión Europea (UE) y otros escenarios internacionales y destacó el alineamiento europeo e internacional de Italia.

Mattarella también tendrá que aprobar a los ministros designados por Conte, abogado y profesor que carece de experiencia en la administración pública. Según los medios italianos, la candidatura para la cartera de Economía genera gran controversia, ya que todo indica que se postularía a Paolo Savona, ex ministro (1993-1994), de 81 años, que considera el euro como una jaula alemana para Italia.

Conte será confirmado como primer ministro por el Parlamento, donde ambos partidos populistas tienen mayoría, en una votación que se realizará la siguiente semana. Las elecciones parlamentarias del 4 de marzo no arrojaron un claro vencedor y tras semanas de negociaciones, la ultraderechista Liga y el el antisistema M5E acordaron formar gobierno juntos.

Mattarella solicitó a un candidato que dé “garantías para el cumplimiento de los compromisos europeos e internacionales, por lo que nombró a un verdadero jefe de gobierno, capaz de dirigir y encargarse de la política del Ejecutivo, como establece la Constitución.

El programa común negociado por los dos partidos promete dar la espalda a la austeridad y reducir el déficit con una política de crecimiento. También incluye drásticos recortes de impuestos, el establecimiento de un ingreso de ciudadanía y la reducción de la edad de jubilación.

El comisario de Asuntos Financieros de la UE, Pierre Moscovici, pidió este miercoles una respuesta creíble a la cuestión de la deuda pública italiana, que en 2018 se ubicaría en 130.7 por ciento del producto interno bruto.