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Se alista para enfrentar a la estadunidense Melissa McMorrow

Una derrota me devolvió las ganas de continuar en el boxeo: Roca Zamora
 
Periódico La Jornada
Domingo 13 de mayo de 2018, p. a15

Cuando la derrota parece la única opción para salvarse, Ibeth Zamora, La Roca, cayó de manera inesperada. Una antigua conocida, Esmeralda Moreno, la venció en un arrebato de orgullo en junio de 2017.

La Roca no perdía desde hacía cinco años. Incluso planeaba hacer una defensa más de su título mundial minimosca del CMB y retirarse. Pero Esmeralda la devolvió a una experiencia que no recordaba.

Me dolió tanto perder, recuerda La Roca, “creo que esa derrota fue la que me devolvió las ganas de pelear, de seguir más tiempo en el boxeo; me costó mucho levantarme, pero ahora hay Roca por mucho tiempo más”.

La Roca se prepara con un entusiasmo que quizás se había diluido, regresa por un título en una división arriba, el mosca del CMB. La rival es la estadunidense Melissa McMorrow, quien ha enfrentado sin éxito a varias mexicanas.

Pensar que lo tengo resuelto porque no ha podido con varias mexicanas, algunas rivales mías, es una trampa, advierte La Roca; yo quería enfrentarla desde que estaba en minimosca, pero no se dio. Tiene un estilo parecido al mío, no deja de pe-lear, de ir al frente y en su favor está que aguanta mucho, puede ser una peleadora que exige una condición física excelente.

Hay cierta impaciencia en la voz de Ibeth. Aunque en la eliminatoria que disputó el año pasado tras la derrota pudo probarse en su nueva categoría, no oculta que sintió nervios. La inseguridad que produce pelear libras arriba, la incertidumbre de si estaría en condiciones de soportar la pegada de la división, si conservaría la velocidad.

Todo eso me daba un poco de incertidumbre, pero poco a poco mi cuerpo se ha ido adaptando; ahora me siento en forma, asegura; hubo muchos cambios, en mi equipo, corregí errores defensivos, el ataque con inteligencia, y sobre todo el entusiasmo que siento hoy.

Uno de los mayores aprendizajes es que perder no es sinónimo de final. A veces, explica, una derrota puede ser la clave para reinventarse, para seguir con entusiasmo en lo que más se disfruta.