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El despertar

¿Emergerán los partidos históricos?

E

l proceso electoral de 2018 no tiene precedente. No sólo porque la población está politizada como nunca, sino porque un partido opositor adversario de la alianza que ha dominado al país desde 1989 puede ganar las elecciones. AMLO/Morena está enfrentado con los demás candidatos, por lo que se ha polarizado en dos tendencias contrarias: un partido propone un cambio drástico y todos los otros continuar con la ruta actual. Esta polaridad no lleva a la ruptura porque ambos contendientes aceptan coincidir en dos puntos vitales: se mantendrá la economía de mercado, abierta y competitiva, y la lucha política va a definirse dentro de la democracia representativa.

El núcleo conservador quiere mantener la política económica. Atrae sectores poderosos del empresariado y de la clase media. La propuesta progresista tiene apoyo en un sector de los empresarios, en las clases medias y en franjas de las pobres: aquellos que no venderían su voto o aquellos que han despertado respecto de sus desigualdades. En este escenario, conservadores y progresistas tendrán un equilibrio en el poder de voto: los conservadores están divididos en cuatro alternativas. Saben que de no unirse van a perder. Están llegando a una situación desesperada y pretenden que haya el voto útil de unos y de otros en favor de Anaya. Esta polarización hace surgir de nuevo en el horizonte a los dos grandes protagonistas históricos: los conservadores y los liberales. En el pasado el encontronazo entre ambos produjo violencia sangrienta o fraudes electorales.

Creo que los conservadores no podrán unirse. Aunque coincidan ideológicamente PAN y PRI, este último en apariencia rezagado, no podrá convocar al voto útil y mucho menos aceptar que Meade ceda y retire su candidatura. Como lo ha señalado Porfirio Muñoz Ledo, eso significaría el suicidio del PRI. Más bien se atrincherará como lo hizo en 2000, para ganar el mayor número de curules o de gubernaturas y/o esperar su oportunidad para la siguiente ronda. Esta polarización se puede mantener dentro del marco legal por las coincidencias, si se quiere, mínimas, pero muy eficaces. Sin ellas el encontronazo sería inevitablemente violento; fraude electoral y/o guerra civil.

Si se mantiene la tendencia actual, AMLO será presidente y Anaya y el PRI serán derrotados por separado. Esta segunda alternancia permitirá que se reanime la transición a la democracia que impidió Vicente Fox en 2006. Es posible que a partir de julio próximo, los partidos, inclusive el ganador, se reagrupen para formar dos grandes bloques capaces de alternarse en el poder: un partido progresista y uno conservador. ¡Oj Alá!

Twitter: @ortizpinchetti