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Jan Svankmajer, alquimista
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achuca, Hgo. El 26 de enero de 2018 se estrenó en Rotterdam el más reciente largometraje del genial cineasta y animador checo Jan Svankmajer, titulado Insectos y basado en el demencial y fascinante texto de los hermanos Karel y Josef Capek. Con motivo de ese estreno, comenzó a correr el rumor (vía el tradicional teléfono descompuesto) de que esta sería la última película de Svankmajer. Nada más lejano a la verdad; el propio cineasta lo desmintió con estas palabras:

“Nunca dije que sería mi última película. Mencioné que sería mi último largometraje. Quiero seguir haciendo cortos. Y lo tengo todo muy bien organizado. Con mi socio y amigo Jaromir Kalista, adquirimos una vieja sala de cine en las afueras de Praga. La acondicionamos, compramos cámaras antiguas, luces, accesorios, y estamos muy contentos trabajando ahí en nuestro atelier. Los lunes, nuestro único empleado pasa por mí a Praga y nos lleva a mí y a mi perro al atelier. Trabajo hasta el jueves, día en que mi perro y yo somos regresados a Praga. Me paso el fin de semana tirado en cama pensando e imaginando, y el lunes regreso a trabajar al atelier. Llevo una vida óptima.”

¿Dónde y cuándo dijo esto Jan Svankmajer? El lunes pasado, en las instalaciones de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo en esta ciudad capital hidalguense, en el contexto de un encuentro que fue más un coloquio que una clase magisterial y que tuve el placer y privilegio de conducir. Esto ocurrió en la edición de 2018 del FINI (Festival Internacional de la Imagen), que ha tenido como punto focal la presencia de Svankmajer y sus películas, una presencia de singular importancia que fue lograda gracias a la cercana colaboración entre las direcciones del FINI y de la Cineteca Nacional.

A lo largo de casi dos horas, Jan Svankmajer abordó con sencillez de expresión y profundidad de concepto algunos de los temas y asuntos básicos de su cine, poniéndolos en el contexto de las circunstancias en las que le ha tocado trabajar. En este ámbito, fue particularmente iluminador escucharlo hablar del periodo oscuro en el que debió dejar de filmar debido a la censura y represión del régimen comunista checoslovaco. Igualmente ilustrativo resultó su glosa del importante tránsito entre la estética manierista y el surrealismo en sus películas. Pero quizá lo más atractivo del coloquio fueron sus declaraciones apasionadas en pro del cine físico, artesanal, táctil que ha practicado a través de los años. En efecto, ver las películas de Svankmajer es casi como tocar a sus personajes, a sus criaturas y a sus objetos. Sin descalificar, a pregunta expresa mía, las modernas técnicas de animación por computadora, el gran genio checo de la animación (que trabaja principalmente con las técnicas de stop motion, claymation y pixilation), se declaró cabalmente en favor de un cine hecho, literalmente, con las manos en la masa, en la arcilla, la plastilina, la madera, el plástico, el metal.

Estos y muchos otros temas abordados en el coloquio fueron complementados con la proyección de dos de sus cortos más conocidos, Dimensiones del diálogo (1982) y Comida (1992), en los que pueden verse algunas de las mejores expresiones de su técnica deslumbrante, pero también de sus más profundas, inquietantes y perturbadoras aproximaciones a ciertos temas centrales en su obra, una obra que hurga sin concesiones en algunos rincones muy oscuros de la naturaleza humana.

Este evento estelar del FINI permitió un rico acercamiento al creador de un cine de enorme intensidad expresiva, a la vez profundo y humorístico, abundante en alusiones científicas, culturales y artísticas, y dotado de pistas sonoras de inusual potencia. Alguien afirmó alguna vez que Svankmajer es como un alquimista, a lo que el cineasta respondió:

Sí, la alquimia tiene que ver con conectar las cosas que no se pueden conectar, que son inconectables. La poesía es un símil de la alquimia, y la alquimia es un símil de la poesía.

Para quienes no pudieron venir a Pachuca, va el dato de que hay películas de Jan Svankmajer en la Cineteca Nacional hasta el 10 de mayo.