Opinión
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México SA

TLCAN: Trump, otra vez

El humor negro de Videgaray

¿Debate o lucha libre?

T

an contentos que estaban, tan esperanzados que se les veía, tan sonrientes que se paseaban, y, ¡zas!, que el salvaje de la Casa Blanca se las vuelve a aplicar. Orondos, Luis Videgaray e Ildefonso Guajardo presumían que ya casi, ya merito, que a un tris estaba la firma de la modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), pero, como siempre, obviaron lo importante: cada que el dúo dinámico abre la boca, Trump se la revienta a tuitazos. Están como el perro de la tía Cleta.

Apenas unos días atrás los susodichos presumían que las negociaciones iban viento en popa, que se registraban avances muy importantes, que muy cerca estamos de la firma, y por su dedicación y sobriedad en las negociaciones el asunto rendía frutos. Lo cierto es que Donald Trump los pone a parir cada vez que quiere, y es muy seguido, y les tumba el entusiasmo un día sí y el siguiente también.

Resulta que ayer el esquizoide de la Casa Blanca escribió en su cuenta de Twitter: México, cuyas leyes de inmigración son muy duras, debe frenar a la gente que atraviesa México hacia Estados Unidos. Podríamos hacer de esto una condición para el nuevo acuerdo sobre TLCAN, escribió ayer Trump en Twitter. ¡Nuestro país no puede aceptar lo que ocurre!, de tal suerte que al ya casi de los festivos Videgaray y Guajardo, Trump contesta con un sí, Chucha, porque no pasa semana, e incluso día, en el que no imponga una nueva condición para avanzar en la modernización del TLCAN.

Pero, tranquilos mexicanos ilusos, que para eso cuentan con el aprendiz de canciller. Tras el tuitazo de Trump, Videgaray hizo lo propio: México decide su política migratoria de manera soberana, y la cooperación sobre el tema con Estados Unidos ocurre por así convenir a México. Sería inaceptable condicionar la renegociación del TLCAN a acciones migratorias fuera de este marco de cooperación.

Más que reclamo, la de Videgaray es una muestra de humor negro, porque, de entrada, en el contexto del llamado Plan Mérida, el gobierno aceptó ser el perro guardián de los gringos en la frontera sur mexicana, con la única intención de frenar a los migrantes centroamericanos desde esa localización geográfica e impedir su periplo hacia el norte, con propósitos de internación en territorio estadunidense. Y, según Videgaray, la cooperación migratoria con Estados Unidos ocurre por así convenir a México.

Como muestra un botón, publicado en La Jornada dos semanas atrás: “México mantiene un acuerdo con Estados Unidos derivado del Plan Mérida que ha permitido fichar en centros de detención nacionales a más de 30 mil migrantes centroamericanos en los 13 meses recientes, admitieron autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM).

El organismo federal insistió en que es una práctica ordinaria, en marcha desde hace mucho tiempo, en el contexto de los esquemas de cooperación bilateral en materia de seguridad, ya que la entrega de datos biométricos a funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos se diseñó en 2012, en el contexto del citado plan, suscrito en junio de 2008 con el gobierno de George Bush… Reportes de la Secretaría de Gobernación dan cuenta de que en 2017 fueron presentados ante el INM 95 mil 497 extranjeros, de los cuales 81 mil 999 procedían de Centroamérica. En el primer bimestre de 2018 hubo 20 mil 943 migrantes presentados, la mayoría centroamericanos”.

Según Videgaray lo anterior no es más que cooperación (en realidad un papel denigrante para el gobierno mexicano), y asegura que México decide su política migratoria de manera soberana. Pero se indigna, porque Trump quiere condicionar la renegociación del TLCAN a acciones migratorias fuera de este contexto.

A principios de abril pasado el energúmeno de la Casa Blanca acusó al gobierno mexicano de hacer muy poco, o nada para evitar que los migrantes de otros países crucen su frontera sur en su camino a Estados Unidos. Deben poner fin a los grandes flujos de drogas y personas, o voy a poner fin a su fuente de ingresos, el TCLAN. ¡Necesitamos el muro! (La Jornada).

Y cinco días después firmó la orden para enviar la Guardia Nacional a la frontera con México, a fin de detener el flujo de drogas e inmigrantes indocumentados, dado que la situación ha llegado a un punto crítico, y el desgobierno en la frontera sur es incompatible con la protección, la seguridad y la soberanía del pueblo estadunidense; mi administración no tiene otra alternativa, salvo actuar.

Ya con la orden firmada, el inquilino de Los Pinos apenas atinó a decir que me habré de conducir en expresar con firmeza, determinación, claridad, este sentimiento que subyace en cada mexicana y mexicano, el de tener honor, el de defender y estar orgullosos de lo que somos y de defender la dignidad de cada mexicano, así seguiré actuando. Y Videgaray: México no va a seguir negociando con Estados Unidos si no se respeta la dignidad de los mexicanos. No merece nuestro país ser objeto de críticas y faltas de respeto como hemos visto esta semana.

¿Qué sucedió? Se militariza la frontera sur de Estados Unidos, la ampliación del muro avanza, el gobierno mexicano es el cancerbero en contra de los centroamericanos y el dúo dinámico se mantiene callado y agachado, aceptando toda la boñiga que Trump le avienta, porque está negociando el TLCAN, que al final de cuentas es lo único que le interesa. Lo demás es lo de menos, y con tal de firmar el tratado trilateral el gobierno peñanietista está dispuesto a aceptar todo lo que le avienten.

En tanto, sería pertinente aflojar el esquema del denominado debate para que los candidatos al hueso mayor realmente lo hagan. Ayer nadie tuvo la intención de hacerlo (pues el objetivo era golpear) ni la distribución de los tiempos lo permitió. Eso sí, Anaya refrendó su amplia capacidad de mentir, el Bronco su afinidad con los Talibán, Pepe Toño su condición de Nembutal con piernas, Margarita presumió su diploma de la Universidad Cantinflas y Andrés Manuel su habilidad de dormir de pie.

Las rebanadas del pastel

Ayer lunes, un duende de imprenta se comió los sumarios originales de México SA: Cuento de nunca acabar, Peligro para… ¿quién? y Elección 2018: otra vez. En su lugar se publicaron (tanto en la edición impresa como en la electrónica) los correspondientes a la columna del pasado 22 de enero. ¿Qué sucedió? Quién sabe, pero el duende fue el ganón… Y para celebrar el debate, el tipo de cambio trepó a 19.26 bilimbiques por billete verde.

Twitter: @cafevega