Sociedad y Justicia
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Conabio propone agenda que garantice su preservación y manejo sustentable

Diversidad genética, recurso para seguridad alimentaria
 
Periódico La Jornada
Domingo 15 de abril de 2018, p. 30

Debido a su riqueza natural y a su biodiversidad, que hacen de México uno de los cinco país megadiversos del mundo, no es posible establecer políticas homogéneas de conservación y uso de la diversidad biológica, advierte la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).

Propone que la agenda nacional considere enfoques y políticas territoriales adecuadas a la compleja distribución heterogénea de la diversidad biológica del país, con el fin de garantizar su preservación y manejo sustentable.

En la obra Capital Natural de México, destaca que nuestro territorio alberga entre 60 y 70 por ciento de la diversidad conocida del planeta. Y agrega que el país no sólo destaca por el elevado número de especies, también por la riqueza de su endemismo y la gran variabilidad genética alcanzada en muchos grupos taxonómicos.

El organismo público señala que las culturas prehispánicas mesoamericanas domesticaron un gran número de especies, tanto silvestres como cultivadas, con fines alimenticios, terapéuticos, textiles, religiosos, de ornato y de construcción. Junto con Indonesia, México destaca en el ámbito mundial por la correlación estrecha entre su gran diversidad biológica y cultural.

Tal riqueza biológica y cultural, destaca la Conabio, implica una enorme responsabilidad con la humanidad; se debe garantizar su preservación. Además, México cuenta con una enorme diversidad de recursos genéticos contenidos en plantas cultivadas, considerada patrimonio internacional.

Explica que nuestro país es un importante centro de domesticación y diversificación de cultivos a escala global. Debido a que las especies cultivadas poseen numerosos parientes silvestres que amplían real o potencialmente la gran diversidad genética, un recurso para la seguridad alimentaria.

Destaca que el futuro de esta diversidad, generada en muchos casos por el esfuerzo de campesinos e indígenas durante siglos, está ligada a la población rural y al valor de identidad y cultura.

Se requiere, afirma, de una política nacional explícita que destine recursos para la conservación de las especies, pues México es uno de los principales centros de origen de la agricultura y de especies vegetales domesticadas, fundamentales para la economía y la vida humana.

La llamada gente de los ecosistemas, indica la Conabio, son las comunidades indígenas y campesinas con prácticas de manejo de su capital natural. En México, gran parte de las regiones con mayor biodiversidad son parte de los espacios que ocupan los pueblos originarios, quienes pueden y deben ser actores de una estrategia de conservación que incluye las Áreas Naturales Protegidas, pero también que las trasciende, pues reitera que el capital natural de México es propiedad de esas comunidades.