Opinión
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Infancia y Sociedad

Besos, muchos besos

A

brazos, besos y caricias son ingredientes esenciales en la nutrición temprana del cuerpo, la mente y el espíritu de la infancia. Hace más de medio siglo que el sicoanalista austroestadunidense René Spitz demostró que la falta de cariño físico en los bebés puede ser letal.

Spitz llamó depresión anaclítica al síndrome que padece el niño hospitalizado y separado de su madre. El científico observó que de dos grupos de infantes que recibieron los mismos cuidados y alimentación, los del grupo que no recibió cariño físico ni verbal presentaron, ante tal carencia, mayor vulnerabilidad biológica y enfermaron. Al recuperar la relación afectiva con su madre natural o sustituta, los niños mejoraban por completo.

También Spitz creó el concepto de hospitalismo para mostrar cómo el niño hospitalizado y separado de la madre por largo tiempo presenta trastornos profundos, a veces irreversibles o de naturaleza sicótica.

Harry Harlow, otro sicólogo estadunidense, demostró hace décadas que los bebés-mono separados de su madre preferían estar asidos a una madre sustituta de felpa que a una de alambre, a pesar de que la segunda ofrecía lechita de una mamadera colocada a la altura de su pecho.

Pero no sólo los bebés gustan y necesitan del calor, los besos y otras expresiones de amor físico, también los adultos buscamos las caricias, los abrazos y los besos porque son fuente única de energía que estimula el cuerpo y el alma y que, por tanto, ayudan a mejorar la calidad de la vida: todas las expresiones de amor mejoran el aprendizaje, la toma de decisiones correctas y facilitan la solución de problemas. Los besos son ordenadores emocionales. En esta fea época de elecciones y de odios hay que besarnos más para purificar el ambiente y el espíritu.

Besarse es un hermoso hábito íntimo, erótico y amoroso, que da bienestar y confianza. El 13 de abril es el Día Internacional del Beso y aunque la celebración todavía no es mundial, es frecuente que en muchas ciudades surjan listas de los besos inolvidables del cine; que los fotógrafos traten de inmortalizar besos espontáneos o que las parejas salgan a lucir su amor y sus besos por las calles. Y como besos y poetas habitan el mismo mundo, cito a tres de los grandes: Miguel de Unamuno: Besos vienen riendo/luego llorando se van/y en ellos se va la vida que nunca más volverá. Octavio Paz: Un mundo nace cuando dos se besan.

Y si alguien duda que también las mujeres sabemos ser acosadoras, miren este hermoso verso de Alfonsina Storni: Mas no lo mate con armas, le di una muerte peor: ¡lo besé tan dulcemente que le partí el corazón¡