En 2006, Diego Luna y Gael García Bernal comentaron a La Jornada que México parecía estar a la deriva, a la espera de encontrar su próximo destino en lo político y lo social.

Como dijeron, el cine es un lugar en el que se pueden abrir los debates, y no sólo un espacio para desconectarse de la realidad; todo lo contrario: es un medio para conectarte con la verdad y autocuestionarte sobre ésta.

Ambos esperaban que el entretenimiento del séptimo arte nos hiciera crecer, reflexionar y preguntarnos.

Piezas de carácter artesanal

Eran los productores de Canana, creada por ellos hace 14 años y cuyo primer proyecto fue Ambulante: festival itinerante de documentales con carácter artesanal, que tiene como objetivo exhibir cintas de ese género en salas comerciales de todo el país.

Luego de ese tiempo, los también directores y productores ayer dijeron adiós a esta empresa, la cual continuará en manos de Pablo Cruz y Arturo Sampson.

Queremos compartir que hemos decidido dar por terminado un ciclo muy afortunado de trabajo y dejar en manos de Pablo la empresa. Estamos muy orgullosos por estos 14 años de trabajo. Quedarán para siempre las películas, los sueños y las amistades. Canana fue un gran refugio, un espacio de libertad y colaboración, expresó Luna.

Mientras García Bernal señaló: “Canana surgió por la fuerza que da la fraternidad al expresarnos libremente. Esa seguirá siendo la consigna para todo proyecto en que nos embarquemos. Abrazo a todos los cananos que han sido parte de nuestras vidas y que han hecho el hermoso sueño del cine una realidad”.

Pablo Cruz, quien inició el proyecto con ellos, sostuvo: Han sido grandes años de creación y de camaradería. Agradezco a mis socios el cariño y el apoyo incondicional en todas las locuras. Ahora Canana emprende una nueva fase, con caras y perspectivas distintas que se seguirán produciendo.

Canana se creó en 2005 con el fin de apuntalar la producción latinoamericana documental. Ha producido películas como Déficit, J.C. Chávez y Abel, dirigidas por García Bernal y Luna las dos últimas, respectivamente.

También produjo Cochochi, de Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas, y Drama/mex y Voy a explotar, de Gerardo Naranjo, entre otras.

Gael García Bernal y Diego Luna son los histriones nacionales más exitosos de los años recientes. Pese a que constantemente filman fuera del país, se muestran comprometidos con el desarrollo de nuestro cine, además de que nos divierte proponer estas iniciativas, que sirven para abrir debates. Vivimos en un país en el que la gente joven tiene que empezar a ser más crítica y opinar, señalaron al diario en 2006.

El punto de vista es lo importante en el documental, afirmó García Bernal. Permite que la gente genere conclusiones a una realidad subjetiva. Es una de las maneras más respetuosas de sentarte a ver y escuchar a una persona durante dos horas y poder generar, bajo tu propia capacidad, una conclusión. Hay documentales que pueden cambiar la vida.

Llena el nicho del cine independiente

–¿El documental es un arma punzocortante de difusión? –les preguntó este diario en ese tiempo.

Luna respondió: Es lo que ha dejado de hacer la ficción y no es que no pueda; lo ha hecho muy bien, pero cada vez se mira menos una oferta de cine que por mucho tiempo llamaron de autor, que creo más bien debería llamársele cine con punto de vista personal. De alguna forma el documental va a llenar ese nicho que ha dejado de cubrir el cine independiente. Es un arma para todo, tanto para contar una historia divertidísima como una de amor.

En opinión de Gael, es importante que los documentales sean vistos por mucha gente. Somos muchos los curiosos por ese género y deberíamos tener una buena oferta en los cines.

Ambulante... es la oportunidad para descubrir a nuevos directores, es su posibilidad de experimentar. Se trata de abrir un espacio a este género, que no sólo se vea en la televisión, sino que sea para una sala cinematográfica.