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El cambio de modelo de seguridad municipal ante la terca realidad

E

n 30 de los 58 municipios de Zacatecas la policía municipal es casi inexistente y la estatal ha intentado cubrir esta carencia con poco más de mil agentes y un déficit de 3 mil 700, según los estándares de la Organización de las Naciones Unidas. Son muchas y contundentes las experiencias que demuestran que las áreas de seguridad de los municipios deben ser completamente repensadas. En unos meses habrá elecciones de gobiernos locales, y es de esperarse que los candidatos prometan seguridad para sus municipios. Los ayuntamientos están estructuralmente impedidos para hacerse cargo de una estrategia que pasa por el enfrentamiento con grupos delincuenciales que tienen presencia regional y poder de fuego superior al de las corporaciones.

El nivel de gobierno más próximo a la población debería hacer lo que le permite esa proximidad: organizar y cohesionar a la población, para evitar que el crimen absorba a los jóvenes del territorio en sus actividades ilícitas, y algo muy importante: quitar condiciones de operación a los grupos delincuenciales. Con muchos menos recursos y sin poner en riesgo a sus operadores de seguridad, los resultados pueden ser infinitamente superiores. Con los 60 millones de pesos que piensan gastar para la adquisición de un helicóptero, como parte de la estrategia de seguridad militarizada, se podría financiar fácilmente la acción social de los 58 municipios en un año.

En el proceso electoral que ya está encima se puede prometer modificar la Ley Orgánica del Municipio para reconfigurar los órganos de seguridad local a partir de las condiciones de la proximidad. Las corporaciones policiacas pueden sustituirse por cuerpos de seguridad humana y paz. Ojalá los partidos en esta coyuntura se preocupen en serio por este tema, pongan los pies en la terrosa realidad y promuevan medidas efectivas de proximidad. Los municipios deben poner fin a la ilusión (pesadilla) militarizada.