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La superproducción con 40 actores y música en vivo se estrenó ayer en el teatro Telcel

Después de 15 años regresa a CDMX el musical Los miserables

En casi tres horas sintetiza la narración original creada por el escritor francés Victor Hugo

Destacan la escenografía, los efectos audiovisuales y el trabajo de movimientos en escena

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Protagonizan Daniel Diges, como Valjean; Nando Pradho, como Javert; Morena Valdés hace de Fantine, y Clara Verdier interpreta el papel de CosetteFoto cortesía de la producción
 
Periódico La Jornada
Viernes 23 de marzo de 2018, p. 7

La reflexión sobre el amor, la justicia, el bien y el mal en el ser humano, en un entramado narrativo donde destaca el juicio sobre la validez de la sociedad y de la rebelión contra un estado de cosas insostenible, se abordan en el musical Los miserables, cuya nueva producción en Ciudad de México se estrenó ayer en el teatro Telcel.

La epopeya vital del ex presidiario Jean Valjean, basada en la novela Los miserables (1862), del escritor francés Victor Hugo, es el centro de este montaje que luego de 15 años regresa a la capital en una superproducción con 40 actores, música en vivo, escenografía dinámica, efectos audiovisuales de calidad y gran trabajo de movimientos en escena.

En casi tres horas sintetiza la narración original que concluye en el amor de Cossette y Marius, como corolario a dos generaciones atenazadas por las miserias de la existencia. El prófugo Valjean, Javert y su obsesión por cumplir la ley, las penurias de Fantine, Marius y sus defraudados ideales, Éponin doliente por un amor no correspondido.

Y como esencial entramado, el cuestionamiento sobre la justicia de la sociedad y la manera de sublevarla que se representa en la barricada creada para deponer un estado de cosas desigual. En ello, la secuencia estremecedora que va desde el entusiasmo optimista de los conspiradores, la confianza en la lucha en la calle y la expectación de los sublevados, hasta la decepción en el pueblo ciego y las escaramuzas donde mueren los insurrectos.

También el trágico plañido de las mujeres enlutadas por la esperanza asesinada mientras colocan veladoras en el lugar de los enfrentamientos. ¿Quién puso rosas en los fusiles?, ¿sirvió de algo?, lanzan las preguntas que parecen extenderse a tantas otras sublevaciones, ante el resultado de la insurrección de junio de 1832 en París.

Este montaje se estrenó coincidentemente el 22 de marzo, a 50 años de la chispa que prohijó el movimiento contestatario mundialmente conocido como el Mayo francés, a partir de una protesta en la Universidad de Nanterre.

Ahí ocurren algunos de los más vistosos cambios en la escenografía, que convierte en segundos el domicilio del prófugo y Cossette en la calle parisina bloqueada, baluarte de los insurrectos y donde ocurre la batalla.

Amores paralelos

El público está del lado de los amotinados. Observa su parte de la barrica y la defensa que hacen mientras desde lo no visto proviene la voz de los soldados y la presencia de la guardia nacional por el efecto de sus invisibles fusiles.

Destaca también la escena compartida de dos amores paralelos y contrastantes. El correspondido entre Cossette, la hija adoptiva de Valjean, y el estudiante conspirador Marius, y el unidireccional de Éponine por éste, que concluye en su muerte para salvarlo durante los enfrentamientos en las calles de París.

Y los emotivos soliloquios de Jean Valjean en torno a su idea de hacer lo correcto, que es casi la antítesis del carcelero y policía Javert, con su idea obsesiva sobre el cumplimiento de la ley y la estabilidad del universo, hasta su suicidio.

También las intervenciones de Monsieur Thénardier, el ladrón habitante de los bajos fondos de la capital francesa, quien desde el cinismo encarna la sobrevivencia a toda costa, sin normas ni Dios, sin respeto por los otros seres humanos, y aún así uno de los papeles más aplaudidos.

¿Sirvió de algo?, se pregunta también el convaleciente Marius, ante el recuerdo de sus compañeros en la insurrección acompañado de su querida Cossette.

El montaje concluye con una canción donde el elenco se reúne para entonar: Te necesito junto a mí, porque en esta barricada el futuro comienza hoy. En respuesta a la obra, el público prodigó un largo aplauso de pie.

El proyecto fue originalmente producido por Cameron Mackintosh con la dirección de Laurence Connor, a partir de un libreto desde el idioma francés de Alain Boublil y la composición musical de Claude-Michel Schönberg. La adaptación para México se escenificó previamente en 2002, en la capital, donde tuvo una temporada de 22 meses.

En la actual realización los papeles protagónicos son interpretados por Daniel Diges (Valjean), Nando Pradho (Javert), Morena Valdés (Fantine), Clara Verdier (Cosette), Daiana Liparoti (Éponine), Agustín Argüello (Marius), Sergio Carranza (monsieur Thénardier) y Michelle Rodríguez (madame Thénardier). Bajo la dirección asociada para México de Corey Agnew.

El musical Los miserables se presenta en el teatro Telcel (Lago Zúrich 219, primer piso, colonia Ampliación Granada). Boletos en Ticketmaster.