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El titular del INAH, Diego Prieto, inauguró la muestra Budismo en Asia: arte y devoción

Disciplina espiritual para enriquecer la diversidad
Foto
Bodhisattva Tara, Nepal, siglo XX, pieza incluida en la exposición montada en el Museo Nacional de las Culturas del Mundo, que incluye algunos objetos del acervo de la Universidad Nacional Autónoma de MéxicoFoto Héctor Montaño/ INAH
 
Periódico La Jornada
Viernes 23 de marzo de 2018, p. 2

El budismo ha contribuido a enriquecer la diversidad del mundo, y en la actualidad a hacer frente a la crisis de civilización que vivimos, dijo el director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto, al inaugurar ayer la exposición Budismo en Asia: arte y devoción en el Museo Nacional de las Culturas del Mundo.

Claridad de mente, generosidad, perseverancia, desapego y equilibrio son algunas de las enseñanzas de esa disciplina espiritual (no una religión, como erróneamente se cree), que en la actualidad tiene la posibilidad de ayuda a afrontar las amenazas en el ámbito de lo ambiental, de la violencia, de la migración y de la enorme desigualdad entre el centro industrializado, al que también se le llama Occidente o mundo capitalista, y la periferia en la que prevalece la miseria y la exclusión, añadió el funcionario.

La muestra reúne medio centenar de piezas, como esculturas, lienzos, instrumentos musicales, platones, lámparas, un altar, entre ellas algunas obras del acervo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que desde 1968 no se habían presentado al público.

Esos objetos fueron obsequiados al país por algunas naciones asiáticas como parte del intercambio cultural a raíz de los Juegos Olímpicos que se celebraron ese año en México.

Observar pensamientos y cuerpo

Cómo se difundió el budismo en Asia, cuáles son sus tres corrientes principales, pero sobre todo qué aportaciones relevantes ha hecho a Occidente son los ejes de la exposición que al final del recorrido ofrece varios espacios didácticos y un lugar para meditar, que invita al público con estas frases colocadas en una pared: Los pensamientos vienen y se van como las olas del mar o las nubes en el cielo. Siéntate en silencio. Concéntrate en tu respiración. Tómate un momento para estar quieto. Observa tus pensamientos y tu cuerpo.

El titular del INAH reiteró que México reconoce, valora y difunde el diálogo entre los distintos pensamientos y maneras de ser en el mundo, “una de las cuales tiene que ver con este inmenso universo que es el budismo, que no es exactamente una religión, pero sí una manera de pensar y de ser.

“La exposición que inauguramos ofrece al público una introducción general que permite concebir al budismo ante todo como una disciplina espiritual encaminada a transformar la mente y buscar la armonía entre los seres humanos, y entre las personas y su entorno.

“La finalidad del budismo es extinguir el sufrimiento que surge al no entender las causas del dolor y sus consecuencias. El budismo ayuda a sus seguidores a construir la paz interior e ir al encuentro fraternal con los demás, procurando compartir sus ideas sin tratar de imponerlas, ni convertir a nadie, sin someter, sin proclamar un pensamiento único y excluyente.

“Para ser budista no se tiene que renegar de algún pensamiento anterior. Bajo esta perspectiva podemos explicar el interés creciente del budismo en Occidente y en México, sin que exista un condicionamiento cultural para ello. El budismo ofrece a las personas, independientemente de sus creencias religiosas, una vía de transformación personal y los medios necesarios para integrar los preceptos budistas en su propio ser.

Proporciona una visión de tolerancia, generosidad, humildad, paciencia, perseverancia, honradez, estabilidad, buena voluntad altruista y conocimiento esencial del ser, cuestiones que buena falta nos están haciendo.

La curadora Silvia Seligson explicó que algunas de las piezas que se presentan fueron prestadas por la Dirección General de Artes Visuales de la UNAM, obsequiadas a México por las delegaciones de algunos países asiáticos que participaron en los Juegos Olímpicos de 1968, excepto China, nación con la que entonces no se tenían relaciones diplomáticas.

Algunas pocas fueron exhibidas hace años en el vestíbulo de la Sala Nezahualcóyotl, sobre todo las del budismo tibetano, pero el resto nunca se habían mostrado, estaban embodegadas. La gestión y el generoso préstamo de estas piezas, que ahora son patrimonio de México, se hizo a través del Museo Universitario Arte Contemporáneo.

Tres corrientes

La exposición documenta que en el sudeste de Asia (Camboya, Tailandia y Myanmar) se difunde la corriente del budismo Theravada o Hinayana, que sólo reconoce al Buda histórico, representado en diversas posiciones. Por ejemplo, en la muestra se puede apreciar un Buda caminando.

En contraste, en China, Corea y Japón se practica el budismo Mahayana, basado en la existencia de varios budas y bodhisattvas, seres que tienen alguna cualidad de Buda, por ejemplo Avalokitesvara, la representación de la compasión divina, uno de los principios budistas más importantes, cuya concepción es hacer propio el sufrimiento de los demás, como lo hace el bodhisattva, añadió Seligson.

En Nepal, Tíbet, Mongolia y en la región del Himalaya la corriente budista que predomina es la Vajrayana, que tiene influencia del budismo tántrico de India, donde las imágenes de los bodhisattvas tienen múltiples cabezas y manos.

La muestra Budismo en Asia: arte y devoción concluirá el primero de julio en el Museo Nacional de las Culturas del Mundo, ubicado en Moneda 13, Centro Histórico. Abre de martes a domingo de 10 a 17 horas. Entrada libre.