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El narrador presentará este sábado su obra más reciente, en la Feria del Libro de Minería

Solares regresa a la fascinación por el mundo fantasmal

En Prolongación de la noche, publicada por Alfaguara, el misterio serpentea entre hoteles poseídos, dimensiones paralelas y espejos perversos

Siempre hay demonios escondidos que en cualquier momento pueden causar una hecatombe, afirma en entrevista con La Jornada

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Vivimos en un mundo en el que lo único insoportable es la realidad real; en cambio, la imaginación es una puerta mágica, cuya llave es el arte y, en mi caso, la literatura, explica Ignacio Solares (en su casa) durante la charla con La Jornada Foto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Jueves 1º de marzo de 2018, p. 3

La buena literatura no hace más que revelarnos esos otros mundos que existen a la par de eso que llamamos realidad, afirma Ignacio Solares (Ciudad Juárez, 1945), quien presenta su reciente libro de cuentos Prolongación de la noche.

Publicada por Alfaguara, esa obra entreteje 47 relatos donde el misterio serpentea entre fantasmas, hoteles poseídos, dimensiones paralelas y espejos perversos que en el fondo son reflexiones sobre la vida y el deseo, el amor y la muerte.

Tengo fascinación y obsesión por ese otro mundo. Por más firme que esté el suelo que pisamos, si no está temblando; por más radiante que esté el sol que nos alumbra, si no está nublado; siempre hay demonios escondidos que en cualquier momento pueden causar una hecatombe, dice el escritor en entrevista con La Jornada.

Por supuesto, añade, también hay ángeles. Es decir, estamos sujetos a las fuerzas de la naturaleza y a todo lo que nos condiciona como seres humanos, pero a veces, quienes escribimos, quienes se dedican al arte, entramos en contacto con otra cosa, y eso es, para mí, lo que vuelve divertida la literatura.

Exorcizar el asunto del alcoholismo

Solares explica que toda la vida le han interesado las cuestiones de ocultismo, incluso participó en sesiones con su colega Gutierre Tibón, además de investigar en la biografía del escritor y médico británico Arthur Conan Doyle –creador del célebre detective de ficción Sherlock Holmes–, quien hizo gran cantidad de experimentos para demostrar la validez de esas ideas.

El narrador, en su novela No hay tal lugar, que publicó en 2003, ya había abordado el mundo fantasmal, al retomar relatos orales de su estado natal, Chihuahua. Ahora son cuentos breves que no sólo plasman la mística espiritual de Ignacio Solares, sino su vena de cronista periodístico.

Vivimos en un mundo en el que lo único insoportable es la realidad real; en cambio, la imaginación es una puerta mágica, cuya llave es el arte y, en mi caso, la literatura.

El autor dice que su cuento favorito de Prolongación de la noche es Ayúdame, pues ahí también está presente el tema del alcoholismo, “con el que tanto yo, como mi familia, hemos tenido algunos vaivenes. Es también una manera de exorcizar el asunto.

“El problema de todo lo esotérico es que no hay manera de comprobarlo, de medirlo científicamente, pero a cada rato nos pasan cosas en la vida cotidiana. Estás pensando en alguien y te llama por teléfono, estás pensando en un autor y de repente encuentras el libro.

“Creo profundamente en que la literatura está ligada a ese mundo mágico que está aquí y ahora. No se tiene que ir a sesiones espiritistas para percibirlo. Pero hay personas que no creen en nada quizá como una forma de protección, porque ese mundo conlleva riesgos terribles.

“Si nos claváramos en el mundo de la imaginación, ¿dónde quedaría el mundo de la política, el trabajo de cada día, nuestra forma de ganarnos la vida? Cuando accedemos al arte vivimos en dos mundos y no es fácil, porque es insoportable el mundo de afuera de mi estudio o de mi libro de cuentos, sobre todo en este país.

“Siempre he tenido la teoría de que escribir es angustioso, aunque el proceso sea placentero, porque causa angustia salir de ese mundo, pues como autor uno se cree los relatos. Por eso los escritores, los artistas somos todos un poco locos furiosos, siempre en tránsito entre dos realidades.

Pues afuera, en la realidad real, hay también cierta locura. Basta ver al presidente de Estados Unidos, y esa locura es una onda en el agua que se difunde a la comunidad y al mundo en general. En Estados Unidos están gobernados por un loco y el mundo tiene encima a un loco, es como para releer a Freud, a Jung y a Edgar Allan Poe, que tiene un cuento en el que escapan los locos y toman el lugar de los médicos.

En 2008, el maestro Solares recibió el Premio Fernando Benítez por su trayectoria en el periodismo cultural y en 2010 el Premio Nacional de Ciencias y Artes, en el campo de Lingüística y Literatura.

No puedo dejar de escribir, reitera al detallar que le gustan los aforismos; por ejemplo, éste me encanta: estamos en la selva, pero nosotros no somos los exploradores, y suelta la carcajada.

“Disfruté mucho la escritura de Prolongación de la noche, lo hice sin prisa, pensaba en la satisfacción de plantear cosas que me son vitales. Son mis pequeños conjuros”, concluye.

El libro de relatos de Solares será presentado el sábado 3 de marzo en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería (Tacuba 5, Centro Histórico). Participan José Gordon, Geney Beltrán Félix y el autor.