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Se vio obligado a enviar al arzobispo Charles Scicluna para investigar abusos sexuales

La visita del papa Francisco a Chile, una crisis institucional para el Vaticano

El pontífice nos quiere mantener en un sótano oscuro y no lo vamos a permitir, señalan víctimas

Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Domingo 11 de febrero de 2018, p. 13

La visita del papa Francisco a Chile se ha convertido en una auténtica crisis institucional del Vaticano, a tal grado que la santa sede ha enviado a ese país al arzobispo Charles Scicluna, el mayor experto en crímenes sexuales del clero católico, para investigar las denuncias contra el sacerdote Fernando Karadima y su protector, el obispo Juan Barros: “Si viene a simular, si no hay justicia, se comprobará una vez más que el discurso del pontífice de ‘cero tolerancia’ para los pederastas son sólo palabras vacías”.

Así lo afirma en entrevista con La Jornada Juan Carlos Cruz Chellew, uno de los principales denunciantes contra la estructura de encubrimiento y protección a sacerdotes pederastas de la Iglesia católica en Chile.

El horror y el error que ha cometido el Papa en Chile diciendo que somos calumniadores quedó en evidencia y también el truco del Vaticano de siempre desacreditar a las víctimas, dice al informar que el próximo sábado será entrevistado por monseñor Scicluna en Nueva York.

El ex seminarista Cruz Chellew fue víctima de abuso sexual por el sacerdote Fernando Karadima –quien actualmente tiene 87 años– junto a otros cientos de menores de edad de la Acción Católica Juvenil de la parroquia del Sagrado Corazón en el Bosque de la Comuna de Providencia, un barrio de clase alta chilena. El caso fue denunciado desde 2004.

Cuatro sacerdotes entonces y ahora prelados presenciaban los abusos: Horacio Valenzuela, obispo de Talca; Juan Barros, obispo de Osorno; Andrés Arteaga, obispo auxiliar de Santiago, y Tomislav Koljatic, obispo de Linares. Asimismo, dos cardenales fueron notificados y formaron parte de la estructura de encubrimiento y protección: Francisco Javier Errázuriz Ossa y Ricardo Ezzati Andrello, este último convertido en cardenal por el papa Francisco, pese a haber sido notificado de los hechos.

El caso que cobró dimensiones internacionales, luego de la reciente vista del Papa a Chile, fue publicado por La Jornada el 27 de abril de 2014: http://www.jornada.unam.mx/2014/04/ 27/politica/012n1pol .

No hay una sola prueba en contra, todo es calumnia. El día que me traigan una prueba contra el obispo Barros, ahí voy a hablar, dijo el pontífice el pasado 18 de enero en relación con el obispo Juan Barros, acusado de encubrimiento y cuya presencia en la visita de Jorge Mario Bergoglio lastimó a las víctimas de Karadima. A tres semanas de sus declaraciones, el escándalo continúa:

“Sus palabras tuvieron un impacto global y la gente está muy enojada y triste alrededor del mundo. Y no es para menos: ya te han atacado suficientemente violándote, pero después siguen los ataques no creyéndote y pegándote bofetadas. La visita del Papa a Chile ha sido un fracaso, no sólo por su referencia a las víctimas y sus tristes dichos de decirnos mentirosos, calumniadores, sino porque ahora el pontífice está usando el lenguaje de Donald Trump de las fake news, la posverdad, como le dicen. Están totalmente a la defensiva, pero se nota a leguas que en el fondo el Vaticano está lidiando con un problema de credibilidad y de crueldad enormes.”

Añade: Para nosotros es doloroso que el papa Francisco diga eso no sólo de nosotros tres (Cruz Chellew, James Hamilton y José Andrés Murillo), sino de las víctimas de abusos sexuales. Es como echar el reloj atrás, decirle a las víctimas que mienten, es la táctica más antigua de la Iglesia que pensábamos ya había pasado y que esté demostrado no han superado.

Las pruebas

Como prueba de que el papa Francisco conocía de los abusos del sacerdote Karadima y su encubridor el obispo Barros, la semana pasada Cruz Chellew difundió una carta enviada al pontífice el 3 de marzo de 2015, cuya copia fue entregada a La Jornada.

La misiva, de ocho páginas, da cuenta con detalles de los abusos que sufrieron: Me animé a escribirle esta carta porque estoy cansado de pelear, llorar y sufrir. Nuestra historia es bien conocida y no tiene sentido recordársela, basta contarle el horror de haber vivido este abuso y las ganas hasta de suicidarme, señala el texto.

En la carta al Papa, Cruz Chellew incluye una misiva enviada al nuncio apóstolico en Chile, Ivo Scapolo, donde igualmente le informaba de los abusos cometidos por el sacerdote Karadima y la estructura de protección y encubrimiento, pero el representante del Vaticano rechazó una entrevista: No hay más comunicación con usted, le dijeron.

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Las protestas por la visita del papa Francisco a varias localidades de Chile el mes pasado, no se hicieron esperarFoto La Jornada

La carta dirigida al pontífice, fue entregada por la monja irlandesa Mary Collins al obispo de Chicago, Sean O’Malley, presidente de la Comisión para la Protección de Menores del Vaticano, quien finalmente la hizo llegar a las manos de Francisco y publicó un comunicado denunciando la falta de respeto y sensibilidad hacia las víctimas por parte del Papa. Tanto Collins, víctima de abusos sexuales de un sacerdote, como Peter Saunders, renunciaron hace un año a la comisión fundada por Jorge Mario Bergoglio, debido a la falta de colaboración de la propia curia romana.

La carta contiene el testimonio de Cruz Chellew: Yo veía al sacerdote Fernando Karadima y a Juan Barros besarse y tocarse mutuamente. Generalmente, más de parte de Karadima venían los toqueteos en los genitales por encima del pantalón de Juan Barros, al igual que hacía con el hoy también obispo Koljatic. En el caso de Juan Barros, éste jugaba a una especie de celos entre sus más cercanos y se turnaban por sentarse al lado de Karadima, estar solos con él en su cuarto y desplazar a otros. Como yo era bastante menor, veía esto entre horrorizado y a la vez paralizado, ya que yo estaba viviendo mi parte del abuso de Karadima, lo que ya fue comprobado en los juicios canónico y penal.

Más gasolina al fuego

En Chile hay más de 80 religiosos que han abusado de menores de edad, según una lista publicada por la organización no gubernamental estadunidense Bishop Accountability, y la constante ha sido la impunidad y la protección de la Iglesia católica chilena.

Ante el escándalo suscitado por sus declaraciones, el Papa pidió finalmente perdón por los abusos sexuales cometidos: No puedo dejar de manifestar dolor y vergüenza por el daño a los niños por parte de los miembros de la Iglesia.

Sin embargo, Cruz Chellew lo consideró insuficiente, porque carece de acciones ya que todos los obispos encubridores siguen en sus puestos, sin ser investigados: No sólo me duele a mí, sino que mucha gente que tenía pensado hablar y se estaba animando a hacerlo, si el mismo Papa te dice mentiroso, qué más pueden esperar.

–¿El Papa se retractó de lo que dijo o lo reiteró? ¿No quedó muy claro?

–Es una reiteración. Cuando señaló: perdón, dijo la palabra prueba, pero quería decir evidencia, y mantiene que somos unos calumniadores. Yo no veo dónde está el perdón ni la retracción. Tiró más gasolina al fuego. En el fondo el pontífice y la curia mostraron quiénes son de verdad. Además, está toda la cosa cosmética de tener una Comisión para la Protección de Menores que no hace nada, una presentación a la Organización de las Naciones Unidas donde se hizo un escrutinio al Vaticano porque ellos firman la Convención de los Derechos del Niño, y sin embargo le piden un informe y no lo presentan”.

Añade: “Siguen con el mismo jueguito de hace montones de años, no pasa nada. No han aprendido nada y siguen igual de crueles. Lo de la ‘cero tolerancia’ ha sido falsa, porque lo primero que hizo fue irse a abrazar con el obispo Barros, con todos ellos. Benedicto XVI no nos insultó de esta forma, eso hace peor a Bergoglio en este caso”.

Dijo que para pedir perdón el Papa tendría que tratar de reparar el terrible daño ocasionado a las víctimas: Su perdón es vacío. Queremos que lo demuestre con acciones, removiendo a todos estos obispos que han encubierto los abusos. En Chile hay toda una red de pederastia de sacerdotes que han tapado y ahora está saliendo a la luz.

Explicó que su caso era sólo a escala chilena o latinoamericana, pero ahora se ha convertido en un caso paradigmático a escala mundial, lo cual celebran: Ahora se sabe lo del obispo Barros en todo el mundo. Estamos contentos porque pone una luz en donde ellos quieren mantener la oscuridad. Esto ayuda a otras víctimas. Esa es la parte buena.

Hace años Juan Carlos Cruz Chellew, autor del libro El fin de la inocencia, es periodista y se vio obligado a abandonar Chile por la persecución en su contra. Actualmente trabaja para una de las 70 compañías más grandes del mundo desde Estados Unidos y paralelamente desde su fundación Para la Confianza, donde laboran en la prevención y el apoyo a las víctimas de abusos sexuales de sacerdotes: El Papa nos quiere mantener en un sótano oscuro y no lo podemos permitir. La verdad tiene que salir a la luz.