Veracruz.

Una década después de su inauguración, el Centro de Capacitación y Entrenamiento para Tripulaciones de Vuelo de la Secretaría de Marina Armada de México, ubicado en la Base Naval de este puerto, ha formado más de 3 mil pilotos que integran el equipo de aeronaves de ala fija y móvil.

Único en su tipo en Latinoamérica, cuenta con simuladores y entrenadores de vuelo prototipo en el mundo para tripulaciones de aviones y helicópteros MI-17 de fabricación rusa, por mencionar algunos. Ha recibido tripulantes de la Policía Federal, Fuerza Aérea Mexicana y de la República del Perú, entre otros. Desde septiembre pasado, adquirió el entrenador de helicópteros Black Hawk (BH) UH-60 y este año recibirá el de aviones de patrulla marítima Casa 235.

Este año se van a incrementar los cursos para BH, el helicóptero Cougar y también el Casa 295. Un simulador contiene una cabina exactamente igual a la que se va a pilotear con sensación de realismo, mientras el entrenador es para desarrollar ciertas actividades, entre ellas comenzar a encender y apagar las aeronaves y conocer los controles de vuelo mientras desarrollan sus habilidades.

La teniente de corbeta de Aeronáutica Naval, piloto aviador Abril Portillo, tiene 25 años. Con 275 horas de vuelo en reconocimiento y vigilancia, dijo que estaría honrada de volar cualquier aeronave y ser comandante de algún escuadrón o base. A futuro, explica, asistirá a este lugar a tomar cursos de actualización.

Réplicas de aeronaves originales

Las cabinas para entrenamiento de aviadores son réplicas de las aeronaves originales. Están equipadas con pantallas de computadoras de alta resolución y bocinas estereofónicas que brindan el sonido ambiental donde se proyectan escenarios de vuelo o militares de realidad virtual. El efecto y movimiento es igual que estar volando, ya que el usuario maniobra los aparatos como si estuviese en escena.

Antonio Pérez López, capitán de fragata, cuerpo general y piloto helicopterista, señaló que en el caso de los BH-UH-60, la herramienta de instrucción es exactamente la misma que usa el ejército estadunidense. Es un instrumento en las tripulaciones para desarrollar las habilidades de vuelo y, sobre todo, practicar las emergencias en operaciones de campo o navales, así como aterrizajes en plataformas petroleras y salvar la aeronave y sus ocupantes en caso de falla, aseguró.

Agregó que durante la administración del almirante Vidal Francisco Soberón Sanz al frente de la Secretaría de Marina se ha dotado y promovido el uso de las nuevas tecnologías como herramientas de desarrollo personal y profesional.

Cada tres meses tenemos una población de 53 alumnos. Los cursos duran 45 días, pero para los pilotos de Black Hawk son dos meses.

Los simuladores, añadió, fueron un gran salto académico y tecnológico, ya que no hay desgaste físico de los aparatos, además de ahorro económico y protección al medio ambiente por el uso de turbosina.