La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) destaca que establecer mecanismos de rendición de cuentas de los sistemas de enseñanza que no estén bien diseñados puede ser perjudicial, pues no hay indicios que revelen que centrarse más en los resultados, como ocurre con el desempeño, sin tomar en cuenta otros factores, genere alguna mejora.

En el reporte Rendir cuentas en el ámbito de la educación: cumplir con nuestros compromisos, destaca que los incentivos a menudo se han limitado a aplicar sanciones para obligar al cumplimiento o modificar comportamientos. Un enfoque de rendición de cuentas centrado en acusaciones lleva aparejadas consecuencias indeseables, como mayor segregación en los sistemas.

Incluso, subraya, la remuneración de los docentes en función de su desempeño tiene efectos negativos, pues la “colaboración entre colegas se deteriora, los planes de estudio se reducen, y se tiende a subordinar la enseñanza a las exigencias de los exámenes.

“La promesa que se le ha hecho a las nuevas generaciones es dotarlos de más y mejores aprendizajes, pero cuando esto no ocurre, ¿quién debe responder?, señala.

Si bien los gobiernos son los responsables de garantizar el derecho a la educación de todos, sólo en 55 por ciento de las naciones los ciudadanos tienen la capacidad legal para llevar a los gobiernos ante la justicia por violaciones a este derecho, dice.

Al analizar los factores y actores que inciden en una comunidad escolar, en la permanencia de los alumnos en el aula y en la impartición de una educación de calidad, destaca que antes de culpar a los maestros se debe considerar que éstos pueden enfrentar la falta de pago, de suficientes materiales de enseñanza y aprendizaje o de respaldo adecuado.