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El sistema carcelario está en crisis, apunta estudio de la Cámara de Diputados

Presos mexicanos, lejos de la rehabilitación, por hacinamiento, corrupción y violencia

La mayor sobrepoblación se encuentra en penales de Edomex, Hidalgo, Morelos y Nayarit

 
Periódico La Jornada
Lunes 27 de noviembre de 2017, p. 11

En promedio, cada año las prisiones mexicanas registran el fallecimiento de 286 internos a consecuencia de enfermedades y condiciones de encarcelamiento, 49 se suicidan y 25 más son asesinados por otros reos, señalan estadísticas penitenciarias de los últimos 12 años.

Estadísticas del Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social (Oadprs), dependiente de la Secretaría de Gobernación, refieren que de enero de 2006 a octubre de este año se han registrado 16 mil 730 incidencias, es decir, riñas, decesos, fugas, suicidios, intentos de fuga, motines y huelgas de hambre, entre otros rubros.

México ocupa el séptimo lugar en población penitenciaria a escala mundial. El sistema carcelario mexicano enfrenta una situación de crisis, señala el análisis elaborado por el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública de la Cámara de Diputados, titulado Los centros penitenciarios en México: ¿centros de rehabilitación o escuelas del crimen?

En 2015 la evaluación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) arrojó los siguientes resultados: la calificación promedio nacional de los centros penitenciarios estatales (Ceresos) fue de 6.21. En tanto los Centros Federales de Readaptación Social (Ceferesos) obtuvieron una calificación promedio de 7.36, refiere el informe del órgano legislativo.

Sin sentencia, 38 de cada 100

Hasta el pasado octubre, el Oadprs reportó que en el país existía una población penitenciaria de 207 mil 432 personas, de ellas 169 mil 475 cometieron delitos del fuero común y 37 mil 957 fueron acusadas de ilícitos federales.

Del total de presos, 79 mil 869 se encuentran sujetos a proceso, es decir, a escala nacional 38 de cada 100 reos no han sido sentenciados.

Asimismo, de las 360 prisiones (18 de carácter federal y el resto estatales y municipales), 121 reportan sobrepoblación, ninguna de ellas es operada por el gobierno federal.

Esas cárceles se encuentran en las siguientes entidades: Chihuahua, con 15 por ciento de sobrepoblación, Ciudad de México (17.8 por ciento), Durango (63 por ciento), estado de México (101 por ciento), Guerrero (16 por ciento), Hidalgo (71 por ciento), Jalisco (42 por ciento), Morelos (68 por ciento), Nayarit (70 por ciento), Puebla (11 por ciento), Quintana Roo (26 por ciento), Sonora (2 por ciento) y Tabasco (15 por ciento).

Las 18 prisiones que operan autoridades federales por conducto de la Oadprs no presentan sobrepoblación, por el contrario, tienen capacidad instalada para 36 mil 15 personas y cuentan con disponibilidad para albergar a otros 15 mil 547 internos.

El Diagnóstico nacional de la situación penitenciaria 2016, de la CNDH, señala que en los centros estatales existen deficiencias relacionadas con la separación entre procesados y sentenciados, deficientes condiciones materiales, equipamiento e higiene de las áreas de dormitorios, sancionados, sujetos a protección, cocina y comedores, insuficiente personal de seguridad y custodia, hacinamiento, falta de actividades laborales y de capacitación para el trabajo. También se identificaron como deficiencias importantes, las condiciones de autogobierno/cogobierno, así como la falta de prevención y atención de incidentes violentos.

A lo largo de 12 años, las estadísticas penitenciarias refieren que en las prisiones mexicanas, mayoritariamente en las cárceles estatales y municipales, se han contabilizado 7 mil 779 riñas, un total de 3 mil 434 decesos, 221 fugas y 591 suicidios, así como 195 intentos de suicidio.

El reporte de la CNDH refiere que en las cárceles mexicanas se observaron deficientes condiciones materiales y de higiene del área médica, así como una carencia de instrumental médico, de unidad odontológica, de personal para atender a las personas privadas de la libertad y de atención sicológica. De igual manera existen deficiencias en la elaboración, calidad y distribución de los alimentos y en la mayoría no contemplan dietas especiales para los enfermos que así lo requieren, tales como quienes padecen diabetes.

De igual manera de enero de 2006 a octubre de este año, se han reportado 300 homicidios, 94 motines, 213 intentos de violación, 18 violaciones, 896 autoagresiones y 2 mil 837 agresiones de reos a otros internos.

Número de reos por custodio

La falta de custodios es otra problemática que enfrentan las prisiones mexicanas, la Auditoría Superior de la Federación estableció en la auditoría de desempeño: 14-0-04100-07-046 que en 2007 a cada custodio le correspondió la vigilancia de siete internos, para 2013 cada custodio debió vigilar a 28 internos; en contraste, para 2014 el promedio de internos por custodio disminuyó 21.4 por ciento, pues para ese año, en promedio, cada custodio vigiló a 22 internos.

Funcionarios de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) señalaron que este promedio de internos por custodio ha disminuido a 20, y lo que ha permitido disminuir los actos de violencia y las incidencias es el cumplimiento de las directrices de vigilancia y de los reglamentos de cada Cefereso.

Sin embargo, en el ámbito estatal, no existen registros confiables sobre el número de custodios que existen por centro ni de las estrategias que se desarrollan para evitar que se generen riñas, homicidios, violaciones y otros delitos.

Fugas y enfretamientos

Muestra de la violencia y las condiciones de corrupción en las cárceles mexicanas y que se han reflejado en las estadísticas penitenciarias se localizan en hechos como estos: en mayo de 2009 en el penal de Cieneguillas, en Zacatecas, 30 hombres, a bordo de 18 automóviles y camionetas clonadas como patrullas de la Policía Federal, ingresaron al penal, sometieron a los custodios y liberaron a 53 reos pertenecientes al cártel de Los Zetas.

En febrero 2012, se fugaron 30 integrantes de Los Zetas de la cárcel de Apodaca, Nuevo León, situación que enmarcó la masacre de 44 presos que pertenecían al cártel del Golfo; las autoridades alertaron de la fuga 20 ho­ras después y reconocieron que los mismos custodios abrieron las puertas necesarias para que los ze­tas del penal se lanzaran sobre sus enemigos del cártel rival.

De noviembre de 2008 a 2012 en Durango se registraron 140 muertes de reos en los dos Ceresos de la entidad, y 30 custodios han sido ejecutados en estos ­incidentes.

En el penal de Topo Chico, Nuevo León, una de las prisiones que más incidencias se han producido en los años recientes, hubo en 2012 un motín por el control de la cárcel. El saldo fue de 49 muertos y 12 heridos. El más reciente disturbio ocurrió el pasado octubre.

También en el estado de Nuevo León, en el penal de Cadereyta se produjo otro enfrentamiento entre internos, que cobró 18 vidas.