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En diciembre, el festival Guillermo Cházaro en el Museo de las Culturas Populares

El maestro Mario Barradas celebra vigencia de las décimas

Tocarán agrupaciones de son jarocho, cubano, calentano y danzón; también habrás muestras de artesanos de tres estados

Rendirán homenaje a familia de preservadores musicales

Foto
El maestro Mario Barradas presentará un libro sobre su vidaFoto cortesía de la familia Barradas
 
Periódico La Jornada
Domingo 26 de noviembre de 2017, p. 5

La edición 10 del Festival de la Décima Guillermo Cházaro Lagos contará con la presencia de agrupaciones de son jarocho, cubano, calentano y danzón; además, harán acto de presencia versadores y artesanos de Veracruz, Michoacán y Ciudad de México.

Como actividad estelar se rendirá homenaje a la familia Barradas, originaria de Tierra Blanca, Veracruz, por ser referente en el son jarocho y preservadores de esta expresión musical durante casi ocho décadas. El maestro Mario Barradas, digno representante de esta dinastía, encabezará la celebración.

Mario Barradas (1926) junto con sus padres, tíos y hermanos, ha dejado huella en el ámbito de la música jarocha por más de ocho décadas. Su madre, Luisa Murcia Durán, de Tlacojalpan, era bailadora y su padre, Manuel Barradas Díaz, de Veracruz, arpista, lo motivó a tocar este instrumento cuando apenas tenía 15 años. Todos sus hermanos (José Gabriel, Carlos y Plácido) también lo hacen. El historial de Mario Barradas es extenso; incluye actividades en el terreno de la enseñanza, y en 1990 inauguró la Casa de la Música Mexicana, donde hasta hace muy poco tiempo fue maestro de arpa; también ha desempeñado trabajos de laudería y en su currículo aparece su participación en más de una decena de películas en la llamada Época de Oro del Cine Mexicano.

Mono Blanco al rescate

En charla con este diario, el maestro platicó sobre el reconocimiento a su familia y rescató viñetas mentales para describir antiguas costumbres alrededor del son jarocho. Siento mucha emoción estar allí; quizás el tiempo ya se llevó muchas cosas, pero esto me anima y más porque es para toda mi familia. Van a estar muchos compañeros; casi todos los jarochos han trabajado conmigo, con el conjunto Tierra Blanca. Y vamos a tocar juntos, va a ser un grupo grande. Si Dios quiere, allá estaré.

Al preguntarle sobre si se están perdiendo tradiciones como las décimas y si el son jarocho está en crisis, la respuesta fue directa: “Al contrario, ahorita se está reavivando bastante, aunque sí hay varias cosas que se han perdido como los bailes de antes con arpa y jarana. Nada más arpa y jarana para bailar danzones, boleros, corridas. Había bailes de salas y había bailes de sones. Esto es lo que ya se perdió. Lo que ha resurgido son las jaranas, lo revivió Mono Blanco.

Qué bueno que lo hayan revivido, porque esas jaranitas casi desaparecen. Yo sé mucho porque recorría la línea de Veracruz al Istmo, que iba de Veracruz a Oaxaca; todos esos pueblitos donde siempre había una tarima y allí, cuando pasaba el tren, principalmente, sábado y domingo, estaban tocando jaranitas y requintos; no tenían arpa y mientras tocaban, bailaban dos tres parejitas a la orilla de las vías del ferrocarril cuando paraba el tren. Estas cosas son las que precisamente se perdieron, enfatiza el longevo músico veracruzano.

Afortunadamente, las que no se perderán son las memorias del maestro Barradas, quien, gustoso, comunica: “Se está terminando un libro de mi vida, desde que empecé. Viene toda esa tradición del son jarocho. Se puede decir que son mis memorias artísticas; son memorias y cosas verídicas. Hay tradiciones que son las jaranitas y el requinto que existían por el Sotavento, que son varios pueblitos: Tuxtlilla, Chacaltianguis Tlajocalpan, Novillero, Papaloapan Loma Bonita, poblaciones que estaban a la orilla del Papaloapan; allí tocaban las jaranitas.

“Y en diciembre, en Veracruz, se acostumbraba sacar La Rama en tiempos de las posadas. Mi papá se casó en uno de esos pueblitos que se llama Tlacojalpan, Veracruz. Mi papá ya tocaba el arpa y a él lo invitaron los de las jaranitas y requintos para el 24 de diciembre. La Rama decía así: ‘Naranjas y limas/ limas y limones/más linda es la virgen/ que todas las flores’. Así se iban cantando versos casa por casa. Esa es la tradición que hay muy, muy remotamente, todavía, allá en Veracruz.

A mi papá lo invitaron para seguir con la fiesta que continuaba hasta el Día de la Candelaria. Mi papá les aguantó ocho días. Cargaban tarima y lo demás pueblo por pueblo. Todo esto va a quedar registrado en el libro.

Esto es una probadita de los recuerdos del maestro Mario Barradas que seguramente compartirá durante el Festival de la Décima Guillermo Cházaro Lagos ¡que siga el fandango!, a efectuarse el 2 de diciembre de 10 a 20:30 horas en el Museo Nacional de Culturas Populares, en Coyoacán.