La subcampeona olímpica Aída Román ya probó las mieles de la victoria, el dolor de las derrotas y enfrentó haber sido blanco de varias críticas que la llevaron a dejar de confiar en mí como deportista.

Ahora comienza su cuarto ciclo olímpico con miras a Tokio 2020 y camina con una gran motivación impulsada por la medalla de plata por equipos que ganó en el Mundial de Tiro con Arco pese a no tener entrenador desde hace un año.

Después de haber sido una de las pocas deportistas que levantaron la voz contra Alfredo Castillo, titular de la Conade, Aída deja claro que ahora prefiere alejarse de los temas políticos, porque he decidido mantenerme en lo que soy, una deportista con el objetivo de salir adelante.

La arquera explica que intenta no mezclarse en problemas extradeportivos, ya que es consciente de que no soy directiva y no puedo determinar una alta o baja a un integrante de un equipo, ni puedo dar apoyos para los entrenadores o atletas.

Hay que saber perder

El descalabro en Río 2016, donde quedó eliminada en la primera ronda, fue un duro golpe, aunque lo asimiló como un aliciente. Revela que en ese momento no se encontraba en la mejor condición anímica, pero ahora vive una nueva etapa en la que enfrenta los obstáculos con más tranquilidad. Sé que para saber ganar hay que saber perder, afirma.

Omite hablar de los conflictos que atraviesa la Federación Mexicana de Tiro con Arco y es cauta al destacar que este deporte en el país se encuentra en una etapa de aprendizaje con un gran nivel, con buenos talentos, pero se requieren fuertes inversiones para que fluyan los apoyos.

Ser directiva no es mi plan, para mí lo más importante es trabajar con la gente, dice Aída RománFoto Luis Humberto González

Román ha tenido que entrenar por cuenta propia desde que regresó de Río 2016 y aunque le ha sido complicado prefiere ver el lado positivo que puede tener en su desarrollo.

No tengo entrenador, pero tampoco lo exijo. Esto para mí es un reto, sé de la situación de mi federación, pero estoy feliz de poder llevar mis entrenamientos a mi manera, dice la arquera y destaca la medalla de plata que obtuvo con el equipo femenil en el mundial disputado en la Ciudad de México.

–¿Te agradaría ser directiva en un futuro?

–No, responde de manera segura y explica los motivos por los que prefiere mantenerse dentro del terreno deportivo y no ser parte de los personajes que toman las decisiones administrativas.

Ser directiva no es mi plan, para mí lo más importante es trabajar con la gente, con los deportistas, crear consciencia, educar, y no tratar de cambiar las cosas por medio de reuniones y pláticas. Ya pasé por eso, me metí en muchos problemas, y no es mi plan.

Aída tiene la plena intención de llegar a Tokio 2020, pero sabe que después de esos Juegos Olímpicos la vida sigue. Con el respaldo de una licenciatura en sicología y la experiencia de entrenamiento autodidacta, Román se visualiza en un futuro como entrenadora, con una escuela propia.

Ya tengo mi primer certificado como entrenadora, es el primer paso que puedo dar. Para mí es importante trabajar en un futuro con nuevas generaciones, no tengo las cosas aseguradas, pero me encantaría educar a la gente en este deporte, asegura.