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La Galería Juan Martín abrirá muestra del pintor, adelanta Malú Block a La Jornada

García Ponce “era único en manejar el collage”
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García Ponce trabajando en su estudio, en imagen tomada del libro Fernando García Ponce, 1992, de María Llüisa Borràs, publicado por Fomento Cultural Banamex. Del artista nacido en Mérida, en 1933 y fallecido en la Ciudad de México, en 1987, el sábado 25 se abrirá al público su exposición Presencia continua, que hemos recibido con mucho entusiasmo, afirma Graciela Toledo, codirectora de la galería de Charles Dickens 33B, PolancoFoto Rogelio Cuéllar
 
Periódico La Jornada
Martes 21 de noviembre de 2017, p. 6

De no haber muerto prematuramente Fernando García Ponce (Mérida, Yucatán, 1933-Ciudad de México, 1987), pintor e integrante de la generación de la Ruptura, ¿qué estaría haciendo ahora? No creo que hubiera decidido hacer instalaciones, sostiene Malú Block, codirectora –junto con Graciela Toledo– de la Galería Juan Martín.

Un artista necesita seguir pintando como necesita continuar respirando, no importa el medio en que se desempeñe, explica Block, quien conoció a García Ponce cuando éste era artista de la Juan Martín, antes de cambiarse a la Galería Ponce, que su hermano Carlos abrió a mediados de los años 70 del siglo pasado, en la calle Belgrado en la Zona Rosa.

De todos modos nos siguió mandando obra, aclara en entrevista con La Jornada.

Creaciones de 1970 a 1986

La Galería Juan Martín verá materializado un proyecto de largo aliento el sábado 25, cuando se inaugure Presencia continua, exposición de 19 collages pertenecientes a la Fundación García Ponce, que el artista creó de 1970 a 1986. ¿Por qué collages y no pintura? Según Block es el medio en que más se desarrolló. La manera en que Fernando lo maneja era única en México.

Era algo diferente dentro de ese momento, interviene Graciela Toledo, quien adelanta: Es una exposición que hemos recibido con mucho entusiasmo, mucho gusto.

Para Block la obra de García Ponce no tiene época y es tan vigente como cuando la hizo. Añade que el tiempo actual no se entiende sin la Ruptura y los artistas ligados a este movimiento, como Manuel Felguérez, Vicente Rojo y Francisco Toledo, quienes siguen en la búsqueda.

Para García Ponce el espacio siempre fue la preocupación principal. Sus cuadros son alegres y muy vitales, anota Block, quien refrenda su gusto por el arte abstracto, pues siempre te deja libre la imaginación, no te limita.

Asegura que es un buen momento para refrescar la memoria con su obra, pues no se había mostrado desde su exposición Un impulso constructivo (2012), montada en el Museo de Arte Moderno, que, de acuerdo con Block, comprendía muchos planos porque García Ponce estudió arquitectura en la Universidad Nacional Autónoma de México.

En el libro Fernando García Ponce, de María Lluïsa Borràs, publicado por Fomento Cultural Banamex, Valeria Vandder se remonta al estudio que el artista tenía en Coyoacán para hablar de sus collages. “Dentro de este ambiente veo a Fernando meditar como pintor y creador de collages, seleccionando los diferentes elementos que ocuparán un lugar especial en su suerte. Botellas de cerveza, pedazos de papel, cartones y linóleos se amontonan en el suelo del estudio, la basura de sus jornadas de trabajo. Los recoge, los tiene entre sus manos, los deja caer. Algunos serán incorporados a sus cuadros, y evocarán presencias anónimas, cuya vida animará planos enteros de color. Otros son barridos sin más”.

Prosigue: “Desde hace siete años Fernando García Ponce ha trabajado con más interés la técnica del collage utilizando en sus obras elementos heterogéneos dentro de sus composiciones abstractas. Algunas veces pega elementos realistas como franjas de texto, fotografías, catálogos, tapaderas, etcétera, que despiertan reminiscencias dadaístas, pero que tienen funciones formales en la composición”.

Según Vandder “el collage es para Fernando un medio de expresión de estados de ánimo, impresiones y recuerdos subjetivos utilizando un lenguaje abstracto. A través de toda su obra hay un diálogo entre la improvisación y el cálculo, una constelación de formas exquisitamente equilibradas, se despliegan en el campo de la tela, creando vacíos enormes o movimientos exactos como de danza. Cualquier intervalo o punto de contacto tiene la precisión de las piezas de un reloj”.

La exhibición comprende las obras: Composición sobre azul añil (1970), Figura/fondo azul, con papel (1971), Homenaje a Picasso, con acrílico (1976), Collage VI (1980), Proyecto collage (1980); Proyecto No. 1, con guache, Rojo/negro (1980), Rojo y gris, caja negra (1981), Sin título (1982), Sin título 33-1 (1984), 0.22 (1984), Composición de cuatro cuadros rojos (1984), Composición negra/ocre (1984), Dibujo sobre cartón (1984), Composición con mancha (1985), Mancha azul/rectángulo rojo (1985), Formas geométricas/rojo (1986), Sin título (1986) y Sin título No. 1 (1986).

La exposición Presencia continua, que se abrirá a las 11 horas el sábado 25 en Dickens 33B, Polanco, concluirá en enero de 2018.