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Sin familia ni dinero, a ancianos sólo les queda vivir en inmuebles dañados

Enfrentan la crisis sin agua ni gas, entre muros con grietas, en la colonia Hipódromo

Lamentan ya no ser objeto de crédito, por lo que llaman al gobierno a brindarles apoyo

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A sus 86 años, Sabine Schwartz, debe bajar desde el octavo piso a la planta baja para acarrear agua, porque la tubería se rompió con el temblorFoto Yazmín Ortega Cortés
 
Periódico La Jornada
Domingo 12 de noviembre de 2017, p. 27

En medio de agrietamientos y sin servicios –agua ni gas–, adultos mayores viven en sus departamentos dañados por el sismo del pasado 19 de septiembre, ante la falta de familiares que los apoyen o de recursos para pagar una renta.

No tengo a nadie aquí, más que mi familia política y me dijeron que no tenían espacio para mí, contó Sabine Schwartz, ex modelo y actriz alemana, de 86 años de edad, quien todos los días debe bajar del octavo piso a la planta baja por agua, porque se rompió la tubería del edificio.

Ella, al igual que otros habitantes del inmueble, ubicado en Sonora 162, frente al parque México, en la colonia Hipódromo, enfrentan solos el riesgo y sin posibilidades de afrontar los gastos para la reparación de sus casas, ya que a su edad no son sujetos de créditos.

Desde hace décadas, Sabine radica en México, donde desarrolló su vida profesional como modelo y actriz en el cine mexicano, pero en la actualidad sobrevive de una pensión voluntaria que le otorgan de su país natal.

No obstante su situación, su mayor preocupación es contar con agua caliente en su vivienda, porque viene el invierno y hace frío. He pasado bombardeos, que son peores. Mi mamá nos bajaba al sótano y ahí dormíamos, recordó, al confiar en que poco a poco todo se resolverá.

En una situación similar se encuentra Carlos, quien está jubilado y no tiene posibilidad de conseguir un préstamo. Escéptico de lograr alguna ayuda gubernamental, consideró que la única alternativa es buscar a un amigo o socio, que se ocupe de la reparación y después vender la propiedad, en la que ha vivido los pasados 25 años. No queda de otra, porque a estas alturas quién nos va a prestar, apuntó.

En contraste, Anastasio López, quien está enfermo, apeló a las autoridades del Gobierno de la Ciudad de México para que ofrezcan ayuda a los adultos mayores que no tienen otra opción más que vivir en el riesgo. Desde el sismo, él y su familia salieron del edificio, pero confesó: Vamos al día y donde nos alojados nos pidieron desocupar en dos semanas. Si no hay otro remedio, nos regresamos, expresó.

En el edificio de 17 departamentos, los dueños se han organizado y contrataron un director responsable de obra (DRO), que determinó que el inmueble es habitable, pero necesita reparación, para lo cual requieren una inversión de cuatro a cinco millones de pesos.

Rigoberto Zambrano, uno de los propietarios, detalló que una empresa realizará los estudios para conocer la magnitud del daño y la rehabilitación que necesita el inmueble, por lo que en algunos departamentos se comenzó a quitar el acabado en las columnas, pero el problema es que no todos pueden afrontar ese gasto.