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Aumenta en Egipto la censura a los artistas
 
Periódico La Jornada
Lunes 30 de octubre de 2017, p. a10

El Cairo.

Las autoridades egipcias vigilan con lupa cualquier espacio cultural, desde las salas de cine hasta los espectáculos callejeros, imponiendo a veces duras restricciones a los artistas.

Antaño faro cultural del mundo árabe, Egipto, controlado con mano de hierro por el presidente Abdel Fatah al Sisi, somete a los artistas a una creciente censura.

La cinta Los últimos días de la ciudad, proyectada en 60 países y 81 festivales y ganadora de más de 10 premios internacionales, no obtuvo visado de explotación en Egipto.

Esto me mata, señaló Tamer el Said, director de la cinta.

El rodaje del filme, dedicado en gran parte a la capital egipcia, terminó seis semanas antes de la revolución del 25 de enero de 2011, que provocó la caída del dictador Hosni Mubarak y sumió al país árabe en la inestabilidad política.

La película intenta captar ese sentimiento que teníamos antes de la revolución de que algo enorme iba a ocurrir, contó Said.

El director solicitó una licencia en octubre de 2016, pero la autoridad le pidió una enorme cantidad de documentos y, finalmente, dejó de contestar a sus llamadas.

El presidente de la autoridad de censura, Jaled Abdel-Geleel, no contestó a las preguntas de la Afp.

La película no obtuvo autorización, porque hay un fuerte parecido entre lo que ocurría en la época (de Mubarak) y lo que la situación parece ser hoy día, opinó Hasam Fazulla, de la asociación egipcia para la libertad de pensar y de expresión.

Tras una fase de libertad a raíz de la revolución de 2011, el mundo de la cultura sufrió, al igual que los opositores políticos o los defensores de los derechos humanos, la intransigencia del régimen que tomó el poder en 2013 tras derrocar al presidente islamista Mohamed Mursi.

Este periodo ha tenido más restricciones que el anterior, recordó Fazulla. El gobierno trata de moldear un modelo de ciudadano obediente, domado, que convenga a este régimen.

Estas restricciones acabaron con algunas formas de arte que habían emergido a raíz del levantamiento popular de 2011, aseguró Fazulla.

Las artes callejeras y los conciertos también sufrieron las consecuencias de la ley de 2013, que prohíbe las manifestaciones no autorizadas con antelación.

La censura también se aplicó a la música. En julio, el grupo de pop-rock Cairokee, famoso por sus himnos en favor de la libertad, reveló que se habían prohibido varias canciones de su álbum más reciente, Una gota de blanco.

El Sindicato de Músicos también impone restricciones a los artistas. Entre sus más recientes objetivos está el heavy metal.