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Condecoran al director mexicano y la actriz Marisa Paredes en semana de cine de Valladolid

Suerte y contumacia, pilares en mi carrera: Arturo Ripstein

Cuando trabajas con él, o te entregas como a un amor o te puede matar, dijo la intérprete sobre el realizador

No hay película fácil; el mayor reto es el primero y el último: subrayan al alimón

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El talento y la elegancia son dones de los dioses del cine, dijo Arturo Ripstein sobre la actriz Marisa ParedesFoto Notimex
 
Periódico La Jornada
Domingo 22 de octubre de 2017, p. 7

Para Arturo Ripstein los pilares de su carrera son la suerte y la contumacia, ya que sin ellos no hubiera logrado una trayectoria de una cincuentena de películas que le han valido múltiples premios.

Ripstein recibió este sábado la Espiga de Honor de la 62 edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid, junto a la actriz española Marisa Paredes, a quien dirigió en Profundo carmesí y El coronel no tiene quien le escriba.

Hay dos factores en mi carrera que han sido fundamentales: la buena suerte y la contumacia, subrayó el mexicano en rueda de prensa en uno de los hoteles sede del certamen, que se lleva a cabo en Valladolid.

Sobre la suerte, Ripstein, quien ha logrado adaptaciones de novelas de premios Nóbel con guiones de Paz Alicia García Diego, resaltó que es muy importante: por qué una película tiene más éxito que otra o por qué un director se labra un camino y un nombre y otro que es idéntico no. Es un misterio, una de esas cosas extrañas que pasan. Citó como ejemplo el hecho de que a un bar en una esquina le vaya bien y a otro en la siguiente, idéntico, no tiene ningún cliente.

Subrayó: Es buena suerte la que hay que tener en esta carrera y hay que saber conducirla; hay que saber por dónde camina, es un factor importante.

También se refirió al impacto que ha tenido en su carrera la contumacia. Eso significa que no importa qué o cómo, pero insistes en tu proyecto, en tu decisión. Es seguir adelante, no importa qué ni cómo; todo al final de cuentas se justifica, incluso si te pasaste de presupuesto.

La Semana Internacional de Cine de Valladolid propició este sábado el rencuentro del director mexicano y la actriz española Marisa Paredes. Ambos recibieron la Espiga de Honor del Festival en la gala inaugural.

Antes de subirse al escenario del Teatro Calderón, revivieron sus proyectos conjuntos en un encuentro con los medios de comunicación.

Trabajar con rigor

Ripstein, quien conoció a Luis Buñuel pero no fue su asistente –en contra de lo que se cree–, aseguró: Ver a Marisa transformarse en el personaje imaginado era formidable porque iba muchísimo más allá de lo que yo suponía que podía hacerse, explicó.

El talento y la elegancia son dones de los dioses del cine. Ver a Marisa en mi mundito hacer lo que ella hace era una experiencia deliciosa, añadió el cineasta, de 73 años.

En tanto, Paredes, de 71, bromeó: Eso jamás me lo ha dicho a mí; estoy encantada de la vida. Nunca me lo dijo después de una secuencia.

Ambos se conocían antes del rodaje de Profundo carmesí, pero la actriz reconoce que para ella Ripstein era una incógnita como director. Un hombre que hace casi todo en plano-secuencia exige muchísima concentración, muchísima dedicación, muchísima entrega (...) O te entregas a él como si fuera un amor puro y duro, o Arturo te puede matar. A mí me ha matado varias veces, contó la intérprete madrileña.

Pero resucitabas muy rápidamente, respondió él.

Creo que el único secreto es trabajar con rigor y con directores que sepan realmente qué pueden sacar de ti y que en ese misterio, que es una película, te descubran cosas que tú misma ignoras de ti, de tu forma de trabajar, de tu forma de ver la vida, apuntó Paredes.

Ambos coincidieron en señalar que no hay película fácil y en que todas las que han hecho los han puesto a prueba. El mayor reto es siempre el primero y el último (...) La dificultad existe siempre; siempre hay la duda, el misterio, afirmó Paredes.

Concuerdo. Sin duda, todos los proyectos son siempre un misterio; si tienes de tu lado la buena suerte, sale adelante. El mismo empuje, entusiasmo y ganas están siempre, dijo Ripstein.

El mexicano recordó también cómo llegó a sus manos la adaptación de la novela El coronel no tiene quien le escriba, de Gabriel García Márquez.

Había trabajado en 1965 con el escritor colombiano, coautor del guión de su primera película, Tiempo de morir. Treinta años después, García Márquez le preguntó: “¿Te acuerdas de que entonces me pediste hacer El coronel no tiene quien le escriba?

Según Ripstein, él nunca le pidió eso, porque entonces los derechos los tenía otro director, pero el Nobel de Literatura se inventó esa leyenda y él le dijo que sí. A partir de ahí batallaron dos años y medio por los derechos con la agente literaria española Carmen Balcells, quien era muy singular.

El Premio Nobel puso varias condiciones: que el guión lo escribiera Paz Alicia Garciadiego, esposa y guionista habitual de Ripstein; que el coronel no fuese el actor Ignacio López Tarso, y no tener nada que ver con la película ni el rodaje. El escritor quería verla cuando estuviera terminada, como espectador, y así lo hizo.

En las adaptaciones o le quitas el respeto al autor o no es tu adaptación, insistió Ripstein, quien ha intentado, sin éxito, adaptar varias novelas de otro premio Nobel, el peruano Mario Vargas Llosa.

Por otro lado, Marisa Paredes celebró además que se tenga en cuenta el cine de las mujeres en la semana de cine en Valladolid, donde la mitad de las películas a concurso en sección oficial están hechas por directoras.

Respecto de las acusaciones de abuso contra el productor estadunidense Harvey Weinstein, dijo desconocer si en España podrían salir a la luz casos similares. “Me parece que el problema es cuando mucha gente es consciente de eso y sólo cuando las cosas se destapan se dice ‘sí, yo lo sabía’. Eso es lo que es terrible: la hipocresía”.

Sobre el tema del día en España, la intervención del Gobierno de la autonomía catalana por el desafío independentista, la actriz prefirió no hablar. Hay demasiadas palabras, yo no voy a poner más.