Opinión
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A la derecha de Dios
C

omo en un permanente sismo oscilatorio, la izquierda y la derecha son posiciones en el espacio político que no tienen un lugar fijo, por el contrario, sus significados se mueven en el tiempo y territorios. “Representan una determinada topología política, que no tiene nada que ver con la ontologíaπ política: No se es de derecha o de izquierda, en el mismo sentido en que se es ‘comunista” o ‘liberal’ o ‘católico’. Pueden designar diferentes contenidos según los tiempos y las situaciones” (Bobbio, N. Derecha e izquierda, Madrid, Taurus, 1995).

Ciertamente, las categorías izquierda y derecha son útiles para contrastar y realizar apreciaciones ante la agudización de conflictos políticos. La derecha como virtud, quedó asentada en el Occidente cristiano el hijo de Dios, desde su resurrección, está sentado a la diestra de Dios Padre (Nuevo Testamento), y no de la diosa madre, a esa altura no hay mujeres. La derecha cobró entonces un valor positivo, se vinculó con lo religioso y lo jerárquico. Como concepto relativo, del lado opuesto se ubicó lo negativo: lo no religioso y lo subordinado. Ser agnóstico, ateo o librepensador, y defender a las clases subalternas, suelen valorarse de izquierda.

En la esfera política, la ideología izquierda identifica a quienes de manera colectiva no se someten a un poder central. Desde la Revolución Francesa, cuando las facciones se distribuían en el recinto según la perspectiva del presidente: a su derecha se ubicaban los Girondinos, quienes apostaban por una monarquía parlamentaria, del lado de la nobleza, la burguesía y por el sufragio no universal (excluyendo a clases no propietarias); y a la izquierda los Jacobinos, los partidarios de una República, del sufragio universal, en favor de la igualdad y de las clases populares.

Hoy se puede identificar a la derecha en México especialmente por su forma de actuar, la integran quienes defienden la estabilidad sobre el deseo de cambio, quienes defienden políticas que generan desigualdad social y de género y que benefician a las élites. La situación está muy polarizada entre derecha-izquierda, porque los grados de corrupción gubernamental han superado a los más voraces rateros de la historia, los derechos humanos sólo son una retórica que nada tiene que ver con los vida diaria, desde el poder se recurre a la represión, la censura, los feminicidios y al asesinato de periodistas. Actualmente no hay un solo gobernador al que podamos colocar en la excepción.

La ubicación en el espectro partidario se muestra en el Congreso, el escaparate donde se desnudan los políticos. Aprovechando que las consecuencias del sismo cautivan la agenda, el PES revivió una iniciativa sobre el derecho a la objeción de conciencia. Se aprobó por mayoría una reforma que reconoce la objeción de conciencia a médicos y enfermeras El personal médico y de enfermería que forme parte del Sistema Nacional de Salud podrán ejercer la objeción de conciencia y excusarse de participar en la prestación de servicios que establece esta ley; cuando se ponga en riesgo la vida del paciente o se trate de una urgencia médica, no podrá invocarse; en caso de que haya una negativa pertinaz y no haya personal no objetor de conciencia, se incurre en un delito, causal de responsabilidad profesional; además, el ejercicio de la objeción de conciencia no derivará en ningún tipo de discriminación laboral. Esta retórica se hizo ley para negarle el servicio a las mujeres que soliciten un aborto legal, a las víctimas de violación que tienen derecho a interrumpir su embarazo en todo el país, a quienes pueden acceder por motivos de salud o a quienes lo hacen por decisión, como lo autoriza la ley en Ciudad de México. Lo más grave es la misoginia y el clasismo que esconde: entre sean más los galenos que por razones religiosas se nieguen a interrumpir un embarazo como consecuencia de esta ley, más mujeres morirán por embarazos no deseados o por problemas de salud relacionados, por negarse a ser madres de su violador, por no saber o no contar con recursos para hacerse un aborto seguro; más niños serán maltratados o abandonados por madres que no los deseaban, más niños serán llevados a albergues inseguros. Al regular la objeción de conciencia las/os legisladores/as condenaron a las mujeres más pobres y a sus hijos/as, a las indígenas, a quienes no tienen acceso a la información ni a altos niveles escolares. No había necesidad de legislar, porque en México contamos con el artículo 24 constitucional que garantiza el derecho a la libertad de conciencia, toda persona tiene derecho a actuar de acuerdo a sus creencias y convicciones, la objeción incluida. Coincidiendo, esta misma semana las tribus de Donald Trump aprobaron la objeción de conciencia, las empresas y organizaciones podrán poner objeciones religiosas o morales –objeción de conciencia– para no colaborar con políticas antinatalistas y abortivas. La norma afectará a las inmigrantes no documentadas.

La derecha de hoy comulga a la derecha de Dios Padre y se posicionó contra los derechos de las mujeres: PRI, PAN, PVEM y PES se unificaron al votar en favor. Que el PRD y el MC quieran aliarse con los primeros, les ubica a la derecha del espectro, lejos del pueblo y de las mujeres, del lado de las élites.

Quienes niegan la vigencia de las categorías izquierda y derecha son quienes hoy están a la derecha, quienes no quieren que se mueva el orden imperante ni sus privilegios y ventajas. Ninguno se autonombra de derecha, por el desprestigio del término bien identificado con los nazis. La verdadera izquierda se identifica por una búsqueda de la igualdad social, política, económica y de género.

@Gabrielarodr108