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19/S: El dolor y la esperanza

El sistema de alerta puede mejorarse y avisar segundos antes, experto

Se requieren construcciones resistentes para prevenir daños

Los riesgos serían menores si seguimos las recomendaciones de Protección Civil

 
Periódico La Jornada
Sábado 23 de septiembre de 2017, p. 20

Más que necesitar una buena alerta sísmica, debemos tener buenas construcciones, advirtió Miguel Ángel Santoyo, del Servicio Sismológico Nacional de Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Expuso que si bien la alerta sísmica podría mejorarse y avisar unos segundos antes de que ocurrra un movimiento telúrico, lo que se requiere son edificaciones resistentes para prevenir los daños de un sismo de gran magnitud.

En el caso del sismo de 7.1 grados Richter del 19 de septiembre “la distancia entre el foco sísmico (entre Puebla y Morelos) y la Ciudad de México, fue equivalente a la que había desde este punto de origen a las estaciones más cercanas de la alerta, a lo que hay que sumar el tiempo que tomó definir al sistema si el temblor era fuerte o no. Los dos tiempos fueron casi iguales. Por ello, la alerta sonó casi al mismo tiempo que inició el sismo.

El investigador explicó el funcionamiento de la alerta: a lo largo de la costa del Pacífico mexicano, y otros puntos del interior de la República hay instalados sensores que registran la actividad sísmica y definen si el movimiento es grande o no mediante la ejecución de algoritmos matemáticos.

Los segundos que proporcionan la alerta sísmica reducen el riesgo de las población ante el colapso de infraestructura.Pero si estamos bien preparados, las instalaciones de nuestros edificios son seguras y seguimos las recomendaciones de Protección Civil, el riesgo sería menor.

Consideró que el sistema de alerta operado por el Centro de Instrumentación y Registro Sísmico, AC (Cires) podría mejorarse. Puede hacerlo, sin duda, si somos capaces de mejorar los algoritmos y de tener más sismógrafos a lo largo del país, tendríamos una alerta más eficaz. Por ejemplo, si hubiéramos tenido un sismógrafo justo encima del hipocentro, probablemente habríamos tenido hasta cinco segundos más antes de que llegaran las ondas.

La magnitud de los daños provocados por el sismo del pasado día 19 hizo que el gobierno del país llamara a ingenieros y arquitectos a sumarse a revisiones masivas en los inmuebles con probables afectaciones, pero hacerlo sin la preparación adecuada y el tiempo necesario, puede generar más problemas de los que busca resolver, afirmó el ingeniero civil Rodrigo Samperio Santiago.

Se ofreció como voluntario entre sus amigos para revisar sus casas y determinar si tienen daños estructurales peligrosos o no, pero al mismo tiempo advierte que la mala organización puede anular la buena voluntad de miles de personas deseosas de ayudar.

Durante un recorrido por una vivienda ubicada en la colonia Olivar de los Padres en la delegación Álvaro Obregón –en el cual estuvo presente La Jornada–, Rodrigo Samperio Santiago resaltó que aunque muchas afectaciones sí pueden ser reparadas, hay que tener un criterio más desarrollado para saber cómo y con qué materiales, y para ello hay que hacer un análisis mínimamente detallado.

“Seguro va a haber evaluaciones a la ligera donde diga ‘tírenlo todo’. ¡Decirle eso, a una familia, puede ser peor que el propio susto del temblor! Un ingeniero puede hacer dos al día, cuando mucho, en vez de querer ir a cuatro, con todos gritando” a su alrededor.