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En el Palacio de los Deportes, La Molocha celebró 20 años de ¿Dónde jugarán las niñas?

Con Frijolero, Molotov animó a la rechifla y las mentadas a Trump

Esta canción la escribimos hace 15 años para el actual presidente de EU

Más de 22 mil almas frenéticas bailaron con Que no te haga bobo Jacobo, Gimme tha power y Cerdo, entre otras

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¡Son a todo mecate, me cae!, exclamó Tito Fuentes y los fans se prendieronFoto cortesía de Ocesa
 
Periódico La Jornada
Domingo 3 de septiembre de 2017, p. 7

Con más de 22 mil almas frenéticas que abarrotaron y cimbraron el Palacio de los Deportes, la banda mexicana de rock Molotov festejó dos décadas de la exitosa aparición del disco ¿Dónde jugarán las niñas?

El concierto de aniversario tuvo dedicatoria especial al mandatario estadunidense Donald Trump, con el tema/denuncia Frijolero: Esta canción la escribimos hace 15 años para el presidente actual de Estados Unidos, se escuchó desde el escenario cuando el concierto ya estaba totalmente en estado de gracia. El comentario, como se esperaba, provocó la euforia y gritos de aprobación de los miles de asistentes.

La celebración de 20 años se realizó la noche del viernes en el domo de cobre con múltiples luces y pantallas.

El festejo de Tito Fuentes, Micky Huidobro, Paco Ayala y Randy Ebright provocó que las letras de las canciones entonadas al unísono retumbaran en el lugar, aparecieran al aire las miles de manos y los cuerpos se contorsionaran; mientras, el gran slam dance que hicieron los fanáticos –en distintos puntos de la pista– parecían pequeños torbellinos vistos desde las alturas del recinto.

A las 21:20 horas apareció en el escenario Molotov con la primera canción, Que no te haga bobo Jacobo, una de las célebres que contenía la producción que hace dos décadas los colocó en el gusto del público. Siguieron tal cual cada unas de las rolas de ese disco: Molotov coktail party, Voto latino, Chinga tu madre, Gimme tha power, Mátate Teté, Más vale cholo, Us it or lose it, Puto, Por qué no te haces para allá?... al más allá, Cerdo y Quítate que ma’sturbas.

Mientras algunos líquidos volaban por los aires, Tito Fuentes, evidentemente emocionado y eufórico por la entrega de los seguidores de La Molocha, como cariñosamente la llaman sus seguidores, dijo: “Son a todo mecate ustedes, ¡¡¡me cae!!!

Échenle raza!, ¡Viva México, cabrones!, gritaron los músicos mientras se escuchaba Gimme tha power y empezaban los frenéticos bailes con Mátate Teté y Más vale cholo. Uno de los fans ubicados frente al escenario pasaba de hombro en hombro y, arrojado a las alturas por los desenfrenados feligreses del grupo, iba gozoso y errático sobre sus cabezas de un lado a otro.

En el intermedio, la olas del público de las gradas del Palacio de los Deportes comenzaron a recorrer el domo mientras Molotov regresaba al escenario, ya subido de ánimos tras la interpretación de ¿Donde jugarán las niñas?

Juego de manos

Ante la impaciencia, porque el que intermedio se alargó, el desmadroso Micky Huidobro apareció y cotorreó con algunos fans y hasta jugó a las Manitas Calientes, para así aligerar la espera, mientras el resto de los integrantes ocupaba sus posiciones.

Y Molotov regresó con bríos renovados. De aquí en adelante flojitos y cooperando, dijo Tito, y prendió a sus fans con El carnal de las estrellas, Apocalipshit, Amateur, UHU, Lagunas, Parásito, DDT, Fuga, Blame me, Punketon y la mencionada Frijolero, que volvió a encender los ánimos.

Hubo chiflidos, gritos y uno que otro recordatorio familiar para quien obtuvo la dedicatoria de esta rola, y las luces provenientes del escenario formaron la bandera mexicana al inicio del mes patrio.

El emblemático grupo, a punto de concluir la exitosa presentación –para la cual agotaron el boletaje desde días anteriores–, deleitó a sus fans con las conocidas Marciano 1 & 2, Quem pom ponk, DDD, Changuich a la Chichona, Queen y Rasta.

La Molocha cerró con una breve versión de Puto –que tuvo dedicatoria a los políticos mexicanos– y dejó exhaustos y felices a sus seguidores, quienes derrocharon energía con potente espectáculo de aniversario, que por cierto fue grabado desde diversos puntos del domo de cobre, seguramente pensando en un disco en vivo.