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Brenda Lozano relata su fascinación por los minerales

Nuestra relación con las piedras, germen de una serie de cuentos

Las rocas son fantasmas que cruzan mi libro, dice a La Jornada

 
Periódico La Jornada
Jueves 31 de agosto de 2017, p. 4

La Ciudad de México fue fundada sobre roca volcánica y en nuestra cultura existe una relación con las piedras, la cual tiene mucho que ver con el tiempo que vivimos; poseen algo fascinante y con muchos lados por abordar, dice la narradora Brenda Lozano, a propósito de su libro de cuentos Cómo piensan las piedras, de reciente publicación.

En cada relato hay una piedra, como si fuera una especie de fantasma que cruza el libro. En uno hay una piedra en el riñón que provoca una urgencia médica. En el rito judío se usan las piedras de río para sepultar a alguien, para darle una despedida, entonces hay un cuento donde son algo que un rabino teme. En distintas culturas, momentos de la vida o contextos quieren decir algo, tienen un significado, explica la autora en entrevista con la La Jornada, alrededor de su primer volumen de relatos, publicado por Editorial Alfaguara.

Lozano, quien espera la adaptación cinematográfica de su novela Todo o nada, es reconocida por diversas instancias como una de las escritoras menores de 40 años más relevantes en México.

Añade que su interés está vinculado con la multitud de expresiones existentes en nuestro idioma sobre ese material. “Tantas metáforas en la vida diaria y significados muy interesantes. Además, físicamente me fascinan, desde los minerales y piedras y es algo que está en todas partes. Creo que tienen una personalidad, una identidad, dependiendo de qué piedra estamos hablando.

Aunque no en todos los cuentos son protagonistas, quizá ni siquiera pueden ser perceptibles, sin embargo, sí juegan papeles muy importantes y distintos.

Refiere que existen varias menciones de las rocas en la literatura, pero depende de quién lo está contando cómo van a aparecer esas piedras o si terminan en tragedia o comedia. Existen los desenlaces felices y cada historia tiene su naturaleza y no se puede poner una especie de almidón para que las historias tengan un final determinado.

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En distintas culturas, momentos de la vida o contextos, las piedras quieren decir algo, tienen un significado, explica Brenda Lozano en entrevista con la La Jornada. Cómo piensan las piedras, publicado por Editorial Alfaguara, es el primer libro de cuentos de la joven narradoraFoto Luis Humberto González

En el volumen, en el relato Cables se lee: Es preciso decir que en las historias de amor sólo cambia el orden de las palabras y que, en todo caso, el punto final a veces llega tarde. Es impreciso decir que una palabra es la misma pronunciada dos veces y justo decir que en el amor las palabras se conducen como animales. Yo he dicho te quiero y esa palabra es una pantera, he dicho te quiero y he visto que la palabra vuela por la mañana. He dicho te quiero y ahí va un gato negro. He preguntado me quieres y ahí está un perro blanco, sucio y torpe ladeando la cabeza.

Respecto de la construcción de los relatos, Brenda Lozano explica: El principio y el final tienen algo muy artificial porque todas las historias empiezan antes y terminan después, o sea, no culmina una historia con la muerte de un personaje ni comienza con el nacimiento. Es tramposo eso de los finales felices o tristes porque quién sabe qué pasa cinco años después.

Manifiesta que en sus textos le interesa tanto la historia, como el personaje y el lenguaje; dónde empieza y acaba; las desviaciones. Si vas a contar, por ejemplo, un asesinato, la imagen del cuerpo tendido depende de lo que quieras mostrar y es como se va armando el relato. Para mí, todo es importante. Es raro cómo empiezan mis cuentos, algunos, por el título, otros por el personaje, una frase o una imagen.