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Pelear el mismo día afectó la audiencia y el pago, considera

Critica Rey Vargas que un debutante como McGregor cobrara más que él
 
Periódico La Jornada
Martes 29 de agosto de 2017, p. 9

La pelea pasó desapercibida, como si no hubiera ocurrido la primera defensa del campeón mundial de peso supergallo del Consejo Mundial de Boxeo, Rey Vargas. Fue un mal momento –admite el monarca mexicano– coincidir en la fecha en que ocurría en Las Vegas la contienda entre Floyd Mayweather y Conor McGregor, una de las funciones más promovidas en la historia.

Vargas hizo la primera defensa del título que conquistó en Inglaterra y venció por decisión unánime a Ronny Ríos. El combate lo dominó el mexicano, quien incluso cedió a fajarse por instantes –algo que reconoce como un error del que salió bien librado–, pero esta concesión sirvió para animar al público que acudió a ver su pelea en Carson, California. Fuera de ahí, pocos la siguieron.

La atención la tuvo acaparada un espectáculo polémico, el combate entre uno de los mejores peleadores de años recientes, Mayweather, y el campeón de la UFC, McGregor.

Gané en mi primera defensa del campeonato mundial, pero perdí la oportunidad de que mucha gente supiera de mí, lamenta Vargas; me afectó coincidir en esa fecha, no sólo porque se truncó la oportunidad de que más público me viera o me conociera, sino también en mis ganancias, y eso sí me da rabia.

Vargas tiene la certeza de que la competencia desigual ante un espectáculo como el de Las Vegas le impidió negociar una mejor bolsa de ganancias.

Me da rabia también que un debutante como McGregor haya ganado tantos millones en una sola noche, cuando uno se consagra al boxeo, entrena años con disciplina y paciencia; y a pesar de tener un campeonato del mundo, que eso no cualquiera, no reciba un pago justo, deja entrever su molestia.

Vargas peleó en Carson antes del combate en el que Maywea-ther derrotó con sagacidad al irlandés inexperto en boxeo. Contento por retener el título supergallo, Rey cuenta que nadie de su equipo mostró interés por ver ese duelo. Había una sensación compartida de ofensa a un oficio al que se dedican con devoción y recelo.

El mánager de Vargas es Ignacio Beristáin, quien no ocultó desde el inicio su enfado por este tipo de mezclas deportivas en aras del espectáculo, a las que acusa de deteriorar la seriedad del boxeo. Rey Vargas comparte por completo la opinión de su mentor.

Todos somos puristas en el equipo, señala Vargas; somos profesionales que nos dedicamos con devoción a nuestro oficio, por eso sentimos que son faltas de respeto a nuestro trabajo al hacer estos espectáculos que nos parecen ridículos.

Vargas dice que salió a confirmarse como campeón del mundo, sin prestar atención a lo que ocurría en Las Vegas. Se sacudió la ansiedad que significa la primera defensa. Animó al público, como un comediante, como un artista, les mostró que lo suyo es el boxeo pulcro, pero con momentos emotivos y de riesgo en el intercambio de golpes. Terminó contento con el resultado.

Esto sí era boxeo, señala Vargas, aunque pocos hubieran atendido a esa victoria; en Las Vegas ocurría no diré que un circo, pero algo que no tenía que ver. Yo sólo hacía mi trabajo.