Sociedad y Justicia
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Recuperan predio de 432 hectáreas

Científicos confinan residuos peligrosos en zona ex minera de SLP
 
Periódico La Jornada
Viernes 25 de agosto de 2017, p. 41

Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) diseñaron y aplican un modelo innovador para la recuperación del predio de antiguas plantas de cobre y arsénico en la ciudad de San Luis Potosí, el mayor proyecto en su tipo en el país.

El proyecto, que comprendió una zona de 432 hectáreas localizada en un extremo de la capital potosina, consistió en la construcción in situ del confinamiento de formación geológica estable para la disposición final en estructuras impermeables, las cuales garantizan el aislamiento seguro de los residuos cuya presencia tenía más de 100 años.

En conferencia de prensa, Margarita Gutiérrez Ruiz, de la Facultad de Química, y Francisco Martínez Romero y Luis Gerardo Martínez, del Instituto de Geología, explicaron el proyecto, en el cual se identificaron y confinaron de manera segura más de 173 mil metros cúbicos de residuos peligrosos.

Francisco Martínez Romero destacó que desde la academia se propuso un sistema multibarrera geotécnica, geoquímica y geológica de protección, para que los residuos se quedaran en el sitio de manera segura, resguardados en una especie de pirámide truncada, donde un grupo de arquitectos dio un toque estético al proporcionarle una coloración natural con tezontle.

Durante la conferencia, realizada en el Instituto de Geología de la UNAM, los especialistas explicaron que una vez que se solucionó el problema de residuos, se pasó a la valoración del daño ambiental, pues durante 100 años las actividades mineras contaminaron la zona.

De 1892 a 2010, en la zona de Morales, al oeste de la ciudad de San Luís Potosí, operaron las plantas de plomo, cobre y arsénico propiedad de Industrial Minera México (IMMSA). Esta empresa ocupó una superficie de más de 400 hectáreas, donde se generaron residuos metalúrgicos que afectaron el suelo del predio.

El proyecto de limpieza y recuperación de la zona requirió permisos de las secretarías federales de Salud (a través de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios) y del Medio Ambiente y Recursos Naturales. En todos los casos se cumplió con toda la normatividad ambiental mexicana, dijo el especialista Martínez Romero.