Sociedad y Justicia
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Presentaron ayer resultados de auditoría ciudadana al Protar

Las plantas de tratamiento de agua en la CDMX han rebasado su vida útil
 
Periódico La Jornada
Viernes 28 de julio de 2017, p. 36

Investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) auditaron el Programa de tratamiento de aguas residuales (Protar) de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) en el Valle de México y encontraron irregularidades que van desde plantas que no trabajan, pasando por otras que operan, pero no limpian el líquido, hasta unas más que siguen utilizándose aunque han rebasado por mucho su vida útil.

El gobierno federal ha destinado recursos millonarios a la construcción, operación y rehabilitación de plantas de tratamiento, pero el dinero no se ha aplicado responsable ni claramente, indicaron este jueves Óscar Monroy Hermosillo y Guadalupe Figueroa Torres, investigadores de la UAM que junto con miembros de la organización Controla tu Gobierno presentaron ayer los resultados de una auditoría ciudadana hecha al Protar.

Monroy preside la Comisión de la Cuenca de los Ríos Amecameca y La Compañía, y Figueroa el Grupo Promotor de la Cuenca de Xochimilco, Milpa Alta, Tláhuac y sus Afluentes. Ambas cuencas son consideradas subcuencas de la del Valle de México.

En las dos subcuencas la revisión encontró que existen 95 plantas de tratamiento, 70 de ellas son públicas. De esas, 20 por ciento funciona parcialmente.

Entre 2009 y 2014 la Conagua destinó casi 12 mil millones al tratamiento de aguas en el país. Lo que encontramos es que lo que se ha invertido no corresponde con lo que tenemos en la realidad, consideró Maylí Sepúlveda, coordinadora de Controla tu Gobierno.

El agua residual sin tratar se vierte a los ríos y se envía al Valle del Mezquital, a Zumpango para riego. El agua debería tratarse y podría servir para el riego de cultivos en el sur del Valle de México, o para rellenar los mantos acuíferos de esta ciudad que se hunde, consideró Monroy.

Encontraron que la mayoría de las construcciones de plantas de tratamiento en la región han sido hechas sin un estudio previo, por lo que no funcionan adecuadamente.

En la Ciudad de México todas las plantas de tratamiento han rebasado el periodo de vida útil para que el que fueron diseñadas. La del Cerro de la Estrella, en Iztapalapa, se construyó en 1969 con una vida útil estimada en 25 de años. El agua que se trata en ella abastece a 80 por ciento de los canales de Xochimilco. Si esta planta deja de funcionar, los canales se secarían, indicó Figueroa Torres.

En el estado de México hay casos como el de una planta en Ayuapango, en la que se invirtieron 24 millones de pesos pero que no limpia el agua. En Juchitepec, en 2015 una constructora entregó al gobierno otra planta que a la fecha no opera. La minuta de la entrega de las instalaciones es un texto hecho a mano, sin sellos.

La revisión reveló, de acuerdo con los expertos, que la Conagua, el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex) y la Comisión del Agua del Estado de México (CAEM) no cumplen con las obligaciones de transparencia que les impone la ley, pues no brindan la información completa sobre la construcción y operación de las plantas de tratamiento.