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La compañía independiente Barro Rojo estrena la propuesta No me voy, sólo vuelo (a Sabín)

Llevan a escena el vínculo paterno-filial desde una introspección a veces dolorosa

Bregar en estos tiempos de crisis económica es difícil, expresa la coreógrafa Laura Rocha

Foto
Bailarinas de la agrupación que celebra 35 años, fundada y dirigida por Laura Rocha, que escenificará las coreografías No me voy, sólo vuelo (a Sabín) y Travesía en la sala principal del Palacio de Bellas Artes dentro de la temporada Danza contemporánea. La compañía mantiene un discurso alrededor del entorno socialFoto Emilio Sabín/ cortesía de la compañía
 
Periódico La Jornada
Sábado 15 de julio de 2017, p. 5

La compañía independiente Barro Rojo, que festeja 35 años de actividad artística, mantiene un discurso coreográfico sobre el entorno social.

Hoy estrenará la obra No me voy, sólo vuelo (a Sabín) en la sala principal del Palacio de Bellas Artes.

Vamos a celebrar 35 años y no ha sido nada fácil sobre todo en estos tiempos de crisis económica, expresó Laura Rocha, directora y fundadora de la agrupación que participa en la temporada Danza contemporánea que se desarrolla en el máximo recinto cultural del país.

La compañía, añadió, tiene sobre sus hombros la responsabilidad de no perder su esencia y raíz. Ser una opción artística, pero también de vida, para sus integrantes. Quizá una de las labores más difíciles es que las nuevas generaciones de bailarines entiendan y se comprometan con una ética y estética contestatarias, nacidas en los años 80 del siglo XX.

La obra No me voy, sólo vuelo (a Sabín), que se creó con el apoyo de la Coordinación Nacional de Danza del Instituto Nacional de Bellas Artes, aborda las relaciones paterno-filiales mediante un proceso que exigió a los bailarines una introspección muchas veces dolorosa, cuyo objetivo es proponer una interpretación honesta y empática.

La experiencia de abandonar el hogar y dar el siguiente paso

El coreógrafo Francisco Illescas, al referirse a la participación de Barro Rojo en esa temporada, dijo que se trata de “una celebración para toda la comunidad dancística; no creo que sólo para los que se presentan esta vez. Creo que es un logro en general.

El gremio en México está más vivo y más fuerte que nunca, así como la diversidad y la pluralidad de propuestas estéticas; eso habla bien del estado de salud de nuestra danza.

En entrevista, Laura Rocha explicó que No me voy, sólo vuelo (a Sabín) es un homenaje a su padre, porque ahora se dio cuenta de lo que él padeció cuando ella abandonó el hogar y ahora vive esa situación con su hijo.

Fue un momento para mí muy fuerte; pensé que estaba preparada física y emocionalmente, pero fue muy fuerte el hecho, porque independientemente de entender, que se fuera mi hijo de la casa es muy fuerte. Esto hizo replantearme mi situación en la vida y si valdría la pena continuar con muchas cosas que uno deja por la profesión.

En el proceso creativo del montaje, la coreógrafa contó con el apoyo de jóvenes integrantes de Barro Rojo, pues ellos precisamente están en ese proceso de independizarse y sufren al momento de dar el siguiente paso de salir de la casa.

Trabajo con muchos jóvenes dando clase y me doy cuenta que muchos de ellos vienen de familias disfuncionales y veo cómo ellos se enfrentan y confrontan en ocasiones a la familia. Me interesa esta relación, cómo la viven y cómo la asimilan. De eso trata la obra.

La pieza se enriqueció con las experiencias de los bailarines, que debieron exponerse de manera entrañable, para poner en escena la materia primordial de la propuesta dancística. Para el montaje, la coreógrafa recurrió a las artes plásticas y a textos de Franz Kafka, así como multimedia e iluminación.

Barro Rojo, además del estreno de No me voy, sólo vuelo (a Sabín), interpretará Travesía, obra que explora cómo las personas dejan sus lugares de origen en busca de mejores oportunidades de vida.

Francisco Illescas definió a No me voy, sólo vuelo como un discurso intimista, privado, mientras de Travesía apuntó que está más encaminada hacia el ámbito de lo público, pues aborda la migración como fenómeno social, particularmente sensible en los países latinoamericanos.

Laura Rocha compartió que la danza es una esperanza para una sociedad tan lastimada y dolida, por todo lo que sucede. El arte en general y la danza en particular ofrecen la posibilidad de sensibilizar a los seres humanos.

Barro Rojo ya no es sólo una compañía, es una organización de danza porque somos una agrupación que da cabida no sólo a la formación de bailarines e intérpretes, también forma gestores para que tengan esa plataforma de desarrollo en la vida profesional, añadió su directora.

Barro Rojo, compañía fundada en Guerrero en 1982, se presentará hoy a las 19 horas con las obras No me voy, sólo vuelo y Travesía en la sala principal del Palacio de Bellas Artes (avenida Juárez, esquina Eje Central Lázaro Cárdenas, Centro Histórico).