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La cumbre de Hamburgo

Las protestas repudian capitalismo, inequidad económica e inacción ante el cambio climático

Violentas manifestaciones dejan 209 heridos en el inicio de la cita del G20
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Activistas lanzan piedras y otros objetos a policías antimotines durante las movilizaciones de ayer en rechazo a la cumbre del G20, en AlemaniaFoto Afp
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Las movilizaciones continuaron por la noche. La policía tuvo que arrojar gas lacrimógeno y chorros de agua para dispersar a los manifestantesFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Sábado 8 de julio de 2017, p. 4

Hamburgo.

Grupos de manifestantes se enfrentaron violentamente con las fuerzas de seguridad el viernes en Hamburgo por segundo día, prendieron fuego a vehículos y atacaron infraestructura, tratando de irrumpir en el centro de convenciones donde se celebra la cumbre del G20, mientras la canciller alemana, Angela Merkel, inauguraba oficialmente la cita de dos días.

La ciudad porturaria del norte de Alemania se vio sacudida por los disturbios más violentos en muchos años, que incluyeron incendios, saqueos y barricadas.

Las movilizaciones comenzaron desde el jueves, y con el lema Bienvenidos al infierno, manifestantes anticapitalistas sembraron el caos en la ciudad alemana, donde incendiaron decenas de automóviles y trataron de bloquear el paso a los miembros del G20.

Desde temprano grupos de manifestantes, bien organizados, trataron de bloquear el acceso al recinto del encuentro a las delegaciones oficiales. Consiguieron retardar los cortejos diplomáticos que intentaban abrirse camino en medio de la agitación, y de paso perturbar un poco el inicio de las negociaciones del G20.

Se quemaron numerosos vehículos, algunos de la policía, y nubes de humo negro cubrieron parte del centro de Hamburgo y del barrio cercano de Altona.

Miles de policías antimotines vigilaban unas 30 marchas de protesta, la mayoría fueron pacíficas y hasta creativas, pero algunos manifestantes lanzaron bombas molotov, tubos metálicos y piedras.

La policía local se vio desbordada por los focos de protesta y, pese a contar con casi 20 mil efectivos, las autoridades tuvieron que pedir refuerzo de mil agentes a otros estados vecinos.

Las protestas empañaron una reunión que la canciller Merkel esperaba que demostrara el compromiso inquebrantable de su país con la libertad de expresión y de reunión. La canciller condenó las protestas violentas. Por supuesto que entiendo que la gente se manifieste de forma pacífica, pero las manifestaciones violentas ponen en peligro la vida de la gente y eso no se puede aceptar, criticó la mandataria.

El saldo parcial es de al menos 13 heridos –11 de gravedad– al desmoronarse una valla que intentaban escalar para huir de la policía en horas de la madrugada, comunicó la central de bomberos de la ciudad alemana. También hay un número indeterminado de lesionados leves.

Por lo menos 196 policías resultaron heridos, decenas de manifestantes fueron llevados a hospitales y más de 70 activistas fueron arrestados, informó la autoridad.

Los activistas se manifestaron sobre la globalización, inequidad económica y las pocas medidas que se toman para combatir el cambio climático. Por la mañana dispararon petardos a un helicóptero de la policía, rompieron vidrios del consulado de Mongolia y desinflaron las llantas de los autos de la delegación de Canadá. Algunos de los manifestantes prendieron fuego a varios vehículos estacionados en diferentes zonas de la ciudad y atacaron negocios, así como una comisaría de policía en el barrio de Altona. Más tarde montaron barricadas en la ciudad y lanzaron bombas molotov a la policía.

Las movilizaciones impidieron a la primera dama estadunidense Melania Trump llegar al lugar donde las demás primeras damas efectuaban un encuentro.

Las movilizaciones continuaron por la noche y la policía alemana tuvo que arrojar gas lacrimógeno y chorros de agua para dispersar a una multitud de violentos manifestantes, mientras otros agentes tuvieron que sacar a rastras a los descontentos que se habían sentado en las vías de acceso al centro de convenciones y habían gritado a los convoyes que iban entrando.

Fogatas seguían ardiendo en el centro de Hamburgo el viernes por la noche.

Desde el río Elba, los activistas, entre ellos 22 nadadores de Greenpeace, trataron de llegar a la sala de la Orquesta Filarmónica de Hamburgo, donde los líderes mundiales escuchaban la Novena sinfonía de Beethoven, pero no lo lograron, según la policía. Buques de Greenpeace amplificaron música de Jimi Hendrix en un vano intento por ahogar la obra que se escuchaba en la sala de conciertos.

Para algunos residentes las protestas han hecho un caos de la ciudad y algunos negocios están cerrados. Sin embargo, otros expresaron su apoyo y colocaron en bares carteles que decían: Bienvenidos, manifestantes, G20, ve por una cerveza o La abuela y el abuelo están contra el G20.