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El próximo domingo, Morena podría arrebatar al tricolor su bastión histórico

Prevé el PRI que la elección en Edomex se dirimirá en el TEPJF

El Revolucionario Institucional llegará a los comicios para gobernador sin una clara ventaja

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El presidente nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador, ayer en el puerto de VeracruzFoto La Jornada
 
Periódico La Jornada
Martes 30 de mayo de 2017, p. 4

En el estado de México, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) llegará a la elección para gobernador del domingo 4 de junio sin su ventaja histórica y, según sus sondeos, las preferencias para su candidato, Alfredo del Mazo Maza, son sólo de seis puntos respecto de Morena.

Se trata, aceptan en el tricolor, de una diferencia ‘‘a la que no está acostumbrado’’, respecto de las dos elecciones recientes: la de Enrique Peña Nieto, en 2005, que ganó con 22.84 por ciento de diferencia al PAN, y la de Eruviel Ávila Villegas en 2011, quien obtuvo la gubernatura con 41 puntos más que el PRD. Así, el actual proceso será tan competido para el priísmo como el de 1999, con Arturo Montiel Rojas.

En el PRI se explican ese retroceso en las preferencias para el partido en la entidad y su candidato, Alfredo del Mazo, por el ‘‘natural desgaste’’ del gobierno federal, el surgimiento y consolidación de Morena y que Josefina Vázquez Mota, candidata del Partido Acción Nacional (PAN), se desfondó.

Fracasó apuesta por Vázquez Mota

Una de las apuestas priístas se centraba en que la ex secretaria de Desarrollo Social le restaría votos a Delfina Gómez, de Morena, pero ahora el cálculo es que la panista llevaría al blanquiazul a un cuarto lugar, detrás del perredista Juan Zepeda y muy lejos de sus antecesores José Luis Durán Reveles y Rubén Mendoza Ayala, y apenas por encima de los votos que recibió hace seis años Luis Felipe Bravo Mena.

El ejemplo que el priísmo pone para resaltar las bajas posibilidades de Vázquez Mota para ganar es Naucalpan, un municipio considerado azul, pero que podría perder frente a Morena.

Además, los partidos se han fragmentado: a diferencia de 1999, PRD y PT compiten por separado. Si en las tres elecciones recientes al PRI le disputó fuertemente la gubernatura el PAN, y posteriormente el PRD, ahora es Morena, partido que –convienen los priístas– ‘‘es el que más capitaliza y explota la inconformidad’’ hacia el partido tricolor.

Para el PRI es inevitable que la elección se dirima ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) a partir de dos escenarios: si Alfredo del Mazo gana, Morena recurrirá a la nulidad del proceso, como ‘‘anticipa el discurso de Andrés Manuel López Obrador’’. Y si el resultado favorece a Delfina Gómez, el PRI planteará la pérdida de registro de Morena por ‘‘sus reiterados actos anticipados de campaña’’.

El lunes de la semana pasada, López Obrador difundió documentos sobre una supuesta intervención del gobierno en favor de Alfredo del Mazo, y denunció que existe una lista de secretarios del gabinete presidencial, a quienes se les habrían asignado tareas electorales.

En el análisis del Revolucionario Institucional, la postura de López Obrador se trata de un ‘‘discurso para tratar de bajar el porcentaje de diferencia que tiene Del Mazo y que va dirigido esencialmente al tribunal electoral’’. Según el balance, el porcentaje de indecisos es de 20 puntos, aunque confían en que el perfil del voto que no se ha definido ‘‘es más conservador’’, esto es, que no se inclinaría hacia Morena.

Prevalece, sin embargo, preocupación sobre la reacción de Vázquez Mota al día siguiente de la elección, porque se ha observado un viraje en el discurso: de sus ataques y críticas iniciales a Delfina Gómez, el objetivo ahora es Del Mazo, e incluso se plantea la posibilidad de que, ‘‘por insólito que pueda parecer, acompañe a Morena en el litigio poselectoral’’.

Con priístas y panistas, Vázquez Mota ha dicho que el tricolor no le cumplió el pacto de no agresión, y por ello cambió su discurso hacia Del Mazo, pero también se ha quejado de que la dirigencia de Ricardo Anaya dejó de respaldarla, a cambio de la gubernatura de Coahuila.

En el PRI hay un reconocimiento de que esta elección será la más competida desde 1999.

En ese año, Arturo Montiel Rojas ganó con 42.44 por ciento de los votos emitidos; José Luis Durán se acercó a 35.46, e Higinio Martínez, candidato de la coalición PRD-PT y actual alcalde de Texcoco, logró 21.99 por ciento. Montiel superó al panista apenas por 6.98 por ciento.

La siguiente elección la ganó Enrique Peña Nieto con 47.57 por ciento, que casi duplicó a los 24.73 puntos de Mendoza Ayala, mientras que Yeidckol Polevnsky –actual secretaria general de Morena– registró 24.25 puntos.

Seis años después, el tricolor repuntó con la elección de Eruviel Ávila, quien ganó la gubernatura con 61.97 por ciento de los votos emitidos; Alejandro Encinas, postulado por el PRD, logró 20.96, y Luis Felipe Bravo Mena 12.28 puntos.

El PRI inició la campaña de Alfredo del Mazo con 2 o 2.5 puntos de diferencia respecto de Delfina Gómez, pero según su balance diario, logró despegarse de la maestra. Desestima la declinación de Óscar González en favor de la aspirante de Morena porque, según sus mediciones, el PT sólo tendría uno por ciento de la votación estatal, cifra que –dicen– no haría diferencia.

Delfina Gómez aventaja de cuatro a siete puntos a Del Mazo, asegura el partido de AMLO

Alma E. Muñoz

En la elección más reñida de la historia en el estado de México, Morena se presenta como el partido que por primera vez puede arrebatarle al PRI la gubernatura. La proyección de ese instituto político, que obtuvo su registro hace casi tres años, es que el 4 de junio podría superar en un rango de cuatro a siete puntos al priísta Alfredo del Mazo, lo que dificultaría la judicialización del proceso.

Morena sostiene que es el único partido que puede enfrentar la estructura territorial del Partido Revolucionario Institucional. En la entidad cuenta con alrededor de 6 mil 400 comités de base, integrados por entre ocho y 60 personas, lo que les permitió generar ‘‘a ras del suelo’’ la promoción del voto, y cuenta con dos representantes por cada una de las 18 mil 600 casillas. Además, tiene 400 mil afiliados en el estado, la presidencia municipal de Texcoco y seis diputados locales.

A diferencia de hace seis años, cuando la izquierda se unió en torno a Alejandro Encinas, para las elecciones del próximo domingo habrá dos candidatos de este polo: Delfina Gómez, de Morena, y Juan Zepeda, del PRD. En el último tramo de la campaña, el petista Óscar González Yáñez declinó en favor de Gómez, ex alcaldesa de Texcoco, y abrió la posibilidad de un acuerdo entre su partido y Morena para las elecciones presidenciales de 2018.

Esa declinación, según los morenistas, fortaleció la imagen de triunfo de su partido, puso en ruta a Los Pinos a su presidente nacional, Andrés Manuel López Obrador, y minimizó el impacto que generó la negativa del abanderado del Partido de la Revolución Democrática a la gubernatura, Juan Zepeda; de su líder, Héctor Bautista, y de la dirigencia nacional perredista para también sumarse.

Horacio Duarte, presidente de Morena en el estado de México y principal operador político de la campaña de Gómez, afirma que si la diferencia de votos en los comicios es ‘‘como calculamos, con base en nuestras encuestas y algunas del PRI y del PAN a las que hemos tenido acceso, el triunfo de la maestra sobre Alfredo del Mazo será con un número importante de votos, por lo que cualquier intento de judicializar el proceso va a ser derrotado’’.

Lo anterior ‘‘no sólo porque es imposible anular tantas casillas, sino porque habrá una exigencia ciudadana para que se respeten los resultados’’. Asegura que Delfina Gómez ronda los 30 puntos de preferencia electoral, y el priísta Del Mazo entre 26 y 27, mientras Zepeda y Josefina Vázquez Mota, abanderada del Partido Acción Nacional, están entre 14 y 16 puntos.

Pero para el PRD, la disputa del PRI no es con Morena sino con Zepeda, quien –sostienen– podría dar la sorpresa el próximo domingo, aunque diversos analistas consideran que está inflada su expectativa y que se ubicará en el tercer lugar de la contienda gracias a su desempeño y no por la unidad de los perredistas en torno a su candidatura.

En el sol azteca se considera que si Zepeda no gana la gubernatura, podría ser el próximo presidente del partido por un acuerdo político entre las corrientes, después de que se ha complicado el proceso para que se realicen comicios internos en agosto. De ser así, en su mandato recaería definir si mantienen la negociación con el PAN por un frente amplio opositor para las elecciones de 2018.

No obstante, su coordinador de campaña, Luis Sánchez, se mostró convencido de que el ex alcalde de Ciudad Nezahualcóyotl se alzará con el triunfo, con uno o dos puntos por encima de Alfredo del Mazo, por ser el único candidato que ha ‘‘triplicado o cuadruplicado la intención del voto.

Delfina Gómez se estancó entre 19 y 22 por ciento’’, señala, y no descartó que se judicialice el proceso.

El PRD sostiene que cuenta con suficiente estructura territorial para estas elecciones. Sin definir un número, el equipo perredista menciona que la mayoría de los comités municipales, además del estatal, están operando y que como parte de la estructura partidista cuentan con 11 presidencias municipales, 12 diputados locales y una senaduría. Con base en el más reciente corte de afiliación, señala que tienen casi un millón 200 mil afiliados.

Sánchez también manifiesta que hasta ahora no hay certeza sobre el número de representantes de casillas que cada partido ha registrado, porque desde la semana pasada ‘‘el sistema del Instituto Electoral (del estado) se cayó; se saturó cuando se subía la información y no se ha normalizado.

‘‘Todos tuvimos que entregar en medio electrónico información y no tenemos certeza de los nombramientos de los compañeros, lo que es muy grave’’, concluyó el legislador perredista.