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Unos 70 mil millenials y chavorrucos vibraron en el Foro Sol con ska, folk y garage

No queremos muros ni pagar por ellos, protesta contra Trump en el Vive Latino
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A la izquierda, la banda argentina Los Caligari en acción. En la imagen superior se lee en la manta Hagamos a México furioso, otra vez. Abajo, máscaras de euforiaFoto Roberto García Ortiz
 
Periódico La Jornada
Domingo 19 de marzo de 2017, p. 8

Con un fuerte grito de protesta contra el muro de Donald Trump y un llamado a unir las voces de México y Latinoamérica frente a la política migratoria del magnate, el Vive Latino se desbordó este sábado en su edición 18, en el Foro Sol, ante unas 70 mil almas roqueras.

Sí, tenemos problemas, pero somos mexicanos y sabemos poner la frente en alto, lanzó de consigna Inspector frente a una multitud enardecida. No queremos muros, ni tener que pagar por ellos, dijo en su momento Doctor Krápula, mientras los eufóricos alzaron sus tatuados puños para acompañar a la banda. El colombiano Esteman, con Ximena Sariñana, cantó también contra esos estúpidos muros.

Cuerpo con cuerpo, la intensidad del slam creció mientras las carretillas intentaban abrirse paso entre la multitud. Millenials, chavorrucos y jóvenes con bebés en brazos y embarazadas saltaron al ritmo de rock, ska, punk, folk, sicodelia y garage, entre otros.

¿Dónde está la Nayeli?, preguntó un joven con dreadlocks a sus amigos. Dejó la chela porque anda con su morrita, respondió otro, durante la primera edición del festival que preparó un espacio especial para que los niños se eduquen en el rock.

Artistas como JotDog, Meme, Diamante Eléctrico, Thermo, Burning Caravan, Crew Peligrosos y la Tremenda Korte congregaron sin distingo gafas, rastas, sombreros, cabellos de colores, camisas de leñador, bralettes, vasos de chela o de mezcal de a 100 varitos cada uno.

Entre las bandas más alucinantes, subieron al escenario las japonesas The 5, 6, 7, 8’s, que con sus vestidos de tiritas plateadas y su potente voz, bajo, guitarra eléctrica y bataka hicieron moverse a un público ya entrado en ambiente entre banderas de México y pelucas de colores.

El grupo nipón que musicalizó la película de culto Kill Bill y una de la saga Rápido y furioso festejó con sus seguidores su 30 aniversario.

Todo va a estar bien, recordó Meme a una carpa a punto de reventar, quien sorprendió con un mash up de Querida de Juan Gabriel, con Sorry de Justin Bieber.

Una de las sorpresas de la jornada fue cuando Marky Ramone, De Nalgas, y Paco Ayala, de Molotov, se subieron a uno de los escenarios a tocar rolas de The Ramones, emblemática banda punk.

Evangelizar a los chavitos

Sumado a las cinco plataformas musicales, los organizadores añadieron este año El Parque, espacio diseñado para que los hijos de los fieles rockeros empiecen a ser evangelizados musicalmente.

El sitio, que representó un oasis frente a los rayos del sol, no fue una guardería, sino un lugar para que los adultos –que quizá comenzaron a ir al festival cuando tenían 18 años y ahora son padres– convivieran con sus hijos, donde los pequeños escalaron un muro especial, cambiaron su imagen al estilo David Bowie, Kiss o Alice Cooper, jugaron en albercas con pelotas, se divirtieron con serigrafía y crearon música con guitarras imaginarias.

Otra novedad fue que el Vive se convirtió en la primera actividad musical en ser transmitida en tiempo real por Twitter. Además, el Tianguis Cultural del Chopo salió de su sede para instalarse en el Foro Sol y ofrecer un sitio perfecto para el trueque de contracultura.

Una zona de food-trucks se mantuvo atestada en todo momento y funcionó como pequeño oasis para tomar fuerzas bajo la sombra de los árboles. 

Conforme cayó el sol, se levantó el ánimo hasta convertirse en euforia ya en espera de las estrellas de la noche: Ilya Kuryiaki & The Valderramas, Jake Bugg, Caligaris, Shoot the Radio, The Pretty Reckless, Kinky, Jarabe de Palo, Babasónicos, los Fabulosos Cadillacs, los esperados Prophets of Rage y Bronco.

Caída la tarde, los gritos se hicieron escuchar y las vueltas y brincos sin control se apoderaron del recinto, envuelto por juegos de luces y visuales.

Máscaras del Santo, superhéroes y hasta títeres del programa crítico chileno 31 minutos fueron protagonistas de infinitas selfies. Parejas de todas las edades dieron el toque de romanticismo.

Así, la fiesta llamada Vive Latino llegaba este sábado a su mayoría de edad.