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Los de abajo

Palabra subversiva

L

a presencia de las lenguas indígenas en los medios de comunicación no es una concesión, sino un derecho. En muchos espacios de la vida política los pueblos, tribus, barrios y naciones han tenido que irrumpir para obligar tanto a gobiernos como a sociedad a respetar su autonomía, reivindicando su pertenencia a esta nación sin dejar de ser quienes son. Sin duda, la palabra de los pueblos originarios asaltó los grandes medios a partir del levantamiento indígena zapatista de 1994, donde choles, zoques, mames, tzot­ziles y tzeltales se plantaron en la escena nacional para exigir sus derechos, entre ellos el derecho a la información y a tener sus propios medios. Desde ese momento los medios fueron forzados a abrirse no sólo a la palabra de los insurrectos, sino a la de los casi 70 pueblos indígenas que habitan el país. Se podría pensar que las condiciones cambiaron y que la mentalidad es otra, pero en algunos sectores yucatecos continúan las expresiones que niegan la multiculturalidad con argumentos racistas y retrógrados.

En un foro convocado por La Jornada Maya, en el marco de la Feria Internacional de la Lectura en Yucatán (Filey), bajo el tema de Pueblos indígenas y medios de comunicación, se escucharon entre el público diatribas como las siguientes: Ellos tienen su propio universo, sus propios medios de comunicación, que son las estrellas, el Sol, la Luna, ¿por qué sacarlos y crearles confusión ante un mundo que no les da los elementos?; Los veo muy contentos cuando no tratamos de implementarles las nuevas tecnologías, porque si se implementan van a querer un Lincoln, un Mustang, un BMW y no tienen los medios para lograrlo. Todo esto dicho por un comunicador que trabajó nada menos que en la gubernamental Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. Mardonio Carballo, poeta, actor y periodista nahua invitado a la charla, precisamente quien promovió y ganó un amparo contra el uso exclusivo o preferente del idioma español en las concesiones de radiodifusión, fue enfático en que el artículo 2º constitucional indica que los pueblos originarios pueden operar sus propios medios de comunicación, aunque reconoció que en México cualquier cosa que esté en la Constitución es letra muerta.

Diario La Jornada Maya presenta la contraportada del periódico en lengua maya, el tercer idioma con mayor número de hablantes en México. De acuerdo con algunas voces locales, como las que se escucharon en la Filey, esto es un despropósito, pues los indígenas se comunican con las estrellas, argumentos que hacen que la multiplicación de la palabra originaria sea urgente y tenga que ser subversiva. Aunque no les guste.

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