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Montan en el Palacio de Gaviria la primera gran retrospectiva del artista en esa capital

La técnica, la belleza y los sueños de Escher recalan en Madrid

Mediante sus creaciones descubrirán toda una vida de pasión y amor por la talla y el grabado, adelanta Mark Veldhuysen, curador de la exposición

La muestra de 200 obras documenta su anhelo visionario, así como el fenómeno que estudió con tanta efusividad: la metamorfosis

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Relatividad, 1953, litografía de Escher que se puede admirar en la exposición del artistaFoto cortesía del Palacio de Gaviria
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Eye, de Escher, figura entre unas 200 obras del célebre artista que se exhiben en la exposición inaugurada el 2 de febrero en la capital española, auspiciada por Arthemisia, en colaboración con la Fundación EscherFoto cortesía del Palacio de Gaviria
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 21 de febrero de 2017, p. 4

Madrid.

Una catedral gótica, con su bóveda de ojiva de luz tenue y su pináculo rústico, sumergido hasta la mitad en la inmensidad del mar, sólo acompañada por un velero fantasmal y un cielo oscurísimo y estrellado.

Los espacios cóncavos de un edificio que comunican y entrelazan escaleras que cuando suben bajan y viceversa.

El ojo cristalino y brillante que tiene en el centro de la pupila una calavera tenebrosa y amenazante; esas tres obras son sólo una parte del universo de uno de los artistas más inquietantes y fantásticos del siglo XX, Escher, hombre que tuvo un sueño visionario y lo plasmó con fulgor hasta el final de sus días.

El histórico Palacio de Gaviria de la capital española, hasta ahora un viejo edificio con escasa actividad, acoge estos días la primera gran retrospectiva de Escher en Madrid, en la que se exponen unas 200 obras del célebre artista.

Se trata de un recorrido por las principales facetas de su actividad creativa, incluida su fascinación por los paisajes del sur de Italia o por la vibrante naturaleza y el ciclo de vida, sobre todo por ese fenómeno que él estudió con tanta efusividad: la metamorfosis.

Escher nació en la ciudad de Lleeuwarden, Países Bajos, el 17 de junio de 1898, y murió en la localidad holandesa de Laren en marzo de 1972.

Aunque su formación fue sobre todo en arquitectura y artes decorativas, Escher, cuyo nombre completo era Maurits Cornelis Escher, comenzó su proyección artística con la escultura.

Desde muy joven se empeñó en descubrir y dar forma a los mundos oníricos y enigmáticos que lo convirtieron en un artista crucial de las vanguardias del siglo XX y en uno de los creadores más estudiados por su complejidad narrativa y por sus señas y símbolos, que advierten de un mundo a la deriva y en constante caos.

Después de la vertiente escultórica, que sirvió a Escher para dar sus primeros pasos en el arte, éste comenzó con trabajos de litografías y xilografías, sobre todo de paisajes y edificios que tenían no sólo formas y fondos inverosímiles y fantásticos, sino también estructuras y situaciones que provocaban un incesante movimiento e interrogantes en el lienzo o el papel impreso.

El propio Escher así lo explicó en uno de sus escritos: Si alguien se ha expresado a través de composiciones gráficas desde su juventud, si ha creado imágenes visuales durante muchos años usando siempre recursos gráficos como xilografías, planchas de cobre y piedras litográficas, así como una imprensa, tinta y todo tipo de papeles para imprimir, esta técnica termina convirtiéndose para él en una segunda naturaleza.

Auspiciada por Arthemisia, en colaboración con la Fundación Escher, la muestra fue curada por Mark Veldhuysen.

Al respecto, el especialista explicó: Esta exposición habla de técnica, belleza, ilusiones, sueños. Todo ello ejecutado por uno de los artistas gráficos más famosos del mundo. Encontrarán litografías, xilografías, aguafuertes y grabados en madera. En la época de Escher no existían los ordenadores y todo lo que ven está hecho a mano. A través de estas creaciones descubrirán toda una vida de pasión y amor por la talla y el grabado.

Inspirado e influido por el arte de su época y el del pasado, Escher aporta un cariz visionario a la investigación geométrica y el rigor.

El mundo de los números, la matemática y la geometría son claves en la lectura para entender el universo creativo de este artista poliédrico y contemporáneo.

Entre las 200 obras expuestas en la capital española están representadas sus siete facetas principales: el llamado primer periodo, las Teselaciones, la estructura del espacio, la metamorfosis, las paradojas geométricas, las obras por encargo y la eschermanía.

La exposición montada en el Palacio de Gaviria, en Madrid, concluirá el 25 de junio.