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En el encuentro debutaron Los Lobos de Melón, que rindieron homenaje al cantante

Rescatar el papel de México en el son, propósito de festival en la Casa del Lago

Las actividades, que incluyeron películas y clínicas de música y baile, concluyeron ayer

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Los Lobos de Melón se presentaron el sábado en el recinto universitarioFoto cortesía de Casa del Lago
 
Periódico La Jornada
Lunes 20 de febrero de 2017, p. a13

La tercera edición del Festival Son de Casa del Lago, que ayer concluyó, tuvo a Cuba como país invitado. Hace dos años el encuentro se inició con una propuesta de los músicos mexicanos de CDMX, no comerciales, y con el sabor de México, luego en 2016 se invitó a grupos de Veracruz –lugar fundamental en el desarrollo de esta música en tierra nacional– y Oaxaca. Ahora esta fiesta sonera se dedicó a la mera cuna de este sabroso ritmo.

En su momento, Julieta Jiménez Cacho, directora de la Casa del Lago, expresó que desde la edición inicial se trazaron líneas de acción: el primero de los tres días se centró en Son de tradición, es decir, lo que se ha hecho; el segundo, Son de salón: lo que está sonando, y por último: Son de evolución, o sea, las nuevas propuestas.

El festival responde a un nicho un poco desatendido, apuntó Jiménez Cacho. Aparte de los conciertos, hubo pláticas, un ciclo de películas, clínicas tanto de música como de baile, y la presentación de libros, ya que mientras más conocimiento tenga uno, más puede disfrutar.

Plataforma de gran relevancia

Alejandra Pérez Grobet, responsable de Vinculación y Comunicación, de quien fue la idea del festival, indicó que una de las prioridades es rescatar el papel que ha tenido México dentro de lo que es el son. Nuestro país ha sido una plataforma de gran relevancia para la difusión de este ritmo y de músicos cubanos, como Benny Moré, Dámaso Pérez Prado y Enrique Jorrín.

Joel Fuentes, director del grupo La Otra Banda, acotó que el son, nacido en el oriente de Cuba, viajó por el mundo, echó raíces y floreció en varios lugares, como Venezuela, Colombia, Miami, Nueva York, Puerto Rico y, por supuesto, México.

Aquí, continuó, hemos tenido algunas particularidades por las que pareciera ante los ojos del mundo que no hay un desarrollo de esta música. Gracias a este festival hemos podido hacer una maravillosa muestra de orquestas nacionales que tocan el son hecho en México, a la manera de cómo lo percibimos aquí.

El cantante Luis Ángel Silva Melón (1930-2016, a quien se le dedicó el festival el año pasado), por ejemplo, fue uno de los principales abridores de brecha para todos los que venimos detrás. Ahora, hacemos lo mismo, abrimos brecha para que quede bien sentado que en México hay un son nacional. Subrayó: En un país donde se consume tanto son, tanta salsa, no es posible que no se haga. Tenemos la producción, sólo necesitamos espacios como éste que es de gran relevancia para el nivel del festival. Esperamos que sea permanente.

El festival se inició el viernes 17 a las tres de la tarde con la presentación del libro Vivir para gozarla, del percusionista Aarón Delgadillo, que fue animada por el cuarteto Son de Antaño. El día siguiente debutó en el contexto del festival Los Lobos de Melón, grupo/homenaje a la música de Lobo y Melón. Integrado por discípulos y ex colaboradores del segundo, el grupo también conmemoró el primer aniversario luctuoso del sonero mexicano, quien murió el 7 de febrero de 2016, ya que muchas personas no tuvieron oportunidad de despedirse de él.

Arturo Reyes y jóvenes intérpretes

En ese proyecto participa el único músico original, en activo, integrante del grupo Lobo y Melón, el cantante Arturo Reyes Moreno, así como jóvenes intérpretes mexicanos, la mayoría de los cuales fueron alumnos de Melón en los cinco talleres de son cubano que éste impartió en el Centro Nacional de las Artes de 1998 a 2006. Después, Melón trabajó con ellos en el ámbito profesional. Melón y sus Lobos era el nombre con el que el sonero se refería a su grupo de acompañamiento durante más de una década.

Los demás integrantes del grupo son Jaime Reyes (piano), Ernesto Mendoza Polanco (bajo), Carlos Emilio Vázquez (voz y coro), Eduardo Pueblo López Ybarra (flauta), Pedro Israel Heredia (timbal) y Pedrito Heredia Pérez (tumbadoras).