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Los malos resultados de Río le significaron al clavadista aprendizaje y experiencia

Rommel Pacheco, decidido a acudir a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020

Se prepara para el Mundial de Budapest y las Series Mundiales, a fin de estar entre lo más selecto

 
Periódico La Jornada
Viernes 6 de enero de 2017, p. a11

Más de la mitad de su vida entre el vuelo y agua ha sido la trayectoria de Rommel Pacheco Marrufo, decidido a encarar otro ciclo olímpico con la plena seguridad de que lo hace con renovados bríos y el mismo ánimo que lo catapultó a las alturas de los saltos ornamentales.

El yucateco de 30 años de edad no tiene remordimientos ni se aflige por lo ocurrido en Río 2016, porque para él significó aprendizaje y experiencia, con el quinto y séptimo lugares en sincronizados e individual, en el trampolín de tres metros.

Más allá de lamentos, el clavadista asume su responsabilidad, pues así como gana también sabe perder y lo acepta con valentía para comenzar 2017 con nuevas aspiraciones y metas, como las que se propuso hace más de dos décadas, cuando dejó su natal Mérida para radicar en la Ciudad de México.

Para este comienzo que se perfila a sus cuartos Juegos Olímpicos en Tokio 2020, porque así lo tiene planeado, el clavadista tiene como meta en el presente año el Mundial de Budapest, a fin de mantenerse entre lo más selecto, con el objetivo de ganar, pelear y luchar por una medalla.

También pretende competir en las Series Mundiales que comenzarán en marzo en las fases de Pekín, Dubai, Rusia, Londres y Canadá, a las que acuden por invitación los ocho primeros clasificados tras los resultados logrados en la justa brasileña del año pasado.

Descartó su asistencia al selectivo que se realizará en León, Guanajuato, para los Grand Prix, ya que si alguno de ellos le sirviera de preparación para el Mundial húngaro lo pensaría, pero no tiene considerado ninguno por el momento.

Fiel alumno de la china Ma Jin con el equipo infantil y juvenil, Pacheco Marrufo se enorgullece ser un ejemplo para sus compañeros, ya que eso le hace recordar sus inicios y sabe que en cualquier momento dirá adiós, pero por ahora no será así, afirmó contundente.

La energía de los niños es una inyección de ánimo para Rommel y está convencido de eso, porque son los que nos remplazarán. Hay ciclos, cambios, y nosotros tenemos que empujarlos, explicó el campeón en la Copa del Mundo de Brasil 2016 ante lo inevitable que estará por suceder con la proyección de Randal Willars, doble medallista mundial juvenil.