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Astillero

Frente a Trump: vacuidad

EPN está optimista

Rubí: ¡pueblo feisbuquero!

Riquelme: candidato de Moreira

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ANÁLISIS EN EL PAN. Josefina Vázquez Mota y Ricardo Anaya encabezaron el foro La nueva relación entre México y Estados Unidos, tras el triunfo de Donald Trump. En imagen aparecen también Fernando Rodríguez y Ana María Salazar, entre otrosFoto María Meléndrez Parada
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a clase política mexicana ha sido incapaz, hasta ahora, de responder con firmeza, inteligencia y credibilidad frente al aleteo ominoso de quien aún no toma posesión de la presidencia de Estados Unidos y ya ha generado daños a nuestra nación. Ayer, por ejemplo, se anunció con pompa la creación de una mesa de alto nivel (oh: la canciller, senadores, los secretarios de Economía y de Gobernación, empresarios, el CIDE, oh) que, por lo pronto, se dedicará a analizar los escenarios que pueden derivarse de la victoria de Donald Trump.

La presentación en sociedad del citado escuadrón político de élite fue acompañada, por supuesto, de abundantes viandas de demagogia y desmemoria. Los platillos típicos que ya conoce la clientela hastiada: lugares comunes, buenas intenciones y, como recalentado, el ofrecimiento de que ahora sí se harán las cosas buenas que este país merece, pero sus gobiernos y políticos le han impedido tener.

Ayer, por ejemplo, el lic. Peña reveló a sus oyentes que las cosas podrían ser mejores en el país si se impulsa el desarrollo y se generan más empleos. No, pues sí. En un acto oficial en el que Walmart anunció una importante inversión en México, el antes mencionado lic. dijo que México tiene confianza en sí mismo. El Presidente de la República (es decir, él mismo: necesaria explicación de organigrama a cargo de esta columna burocrática) está optimista del futuro que México tenga hacia adelante, a partir, justamente, de los pilares que hemos venido construyendo.

No está de más recordar que esa cadena mundial de supermercados paga sueldos muy bajos a sus empleados mexicanos, no les permite su sindicalización (ni hay gobierno que la obligue al cumplimiento de las leyes laborales) y se aprovecha de la necesidad de niños, adolescentes y senectos para permitirles que trabajen de empacadores voluntarios, esperanzados en las propinas de los clientes.

Optimista está también Peña Nieto por la exitosa venta particular (nomás los cuates) de la riqueza energética nacional, en medio del más atroz silencio de las masas mexicanas, mejor dispuestas a mostrar patriotismo en algún juego de la selección mercantil de futbol que en emitir algún suspiro de protesta (bueno, ni un ¡puuuuuuto! se escucha, en referencia al despeje del balón petrolero que hacen los porteros visitantes para lanzar las ganancias hacia las arcas de sus países). Júbilo de los gobiernos entreguistas actuales, porque empresas de diversas partes del mundo muestran su reconocimiento a México haciéndose a precio rebajado (con sus respectivas comisiones, claro, para los amabilísimos vendedores) de lo que había sido emblemática riqueza nacional.

Pero no debe permitirse que la alegría decembrina sea empañada por esos detalles pequeños, como la consumación de la desexpropiación petrolera, encabezada por el político sin lazarillo, que se levantó y andó. Senadores perredistas, por ejemplo, desahogaron su sano contento arremetiendo a palos contra una piñata con la figura del próximo presidente de Estados Unidos. Ya antes, recuérdese, en esa misma cámara, tan llena de finas estampas, dos perredistas, una panista y una priísta habían lucido camisetas con los colores del Partido Demócrata y una leyenda (en inglés, por supuesto) a favor de Hillary Clinton. Y, aunque haya sido en un escenario menos rimbombante, una diputada local del partido evangelista, Encuentro Social, había hecho en Zacatecas tal discurso de crítica a la conducta de los mexicanos en Estados Unidos y de comprensión respecto a la postura asumida por Donald, que en las redes la bautizaron como Lady Trump.

Nada, desde luego, que deshaga el gozoso concurso de ocurrencias respecto a los quince años de la potosina Rubí Ibarra García, cuya fiesta, de convocatoria abierta a través de un video colocado en redes, ha causado un verdadero revuelo nacional. ¡Pueblo globero!, se decía años atrás, en referencia a la mayor atención que los asistentes a actos políticos ponían a un puñado de globos, que se hubieran escapado de las manos del vendedor, que a los discursos pronunciados por los próceres en turno. Ahora podría decirse: ¡Pueblo feisbuquero!

Es como una campaña electoral: el actual procurador general de la República, Raúl Cervantes Andrade (primo del consejero jurídico de Los Pinos y del director de la Conade: todo en familia, con Quique), anda desatado colocando propaganda, con la promesa de recompensar a quienes ayuden a localizar a ex gobernadores ladrones (como si solamente esos fueran; como si sólo fueran los ex y no los que siguen en funciones). Además, está aireando datos y expedientes para generar la impresión de que con él sí habrá procuración de justicia en términos autónomos, libres de influencia del grupo en el poder. Ajá. En realidad, el primo Cervantes, puesto en el cargo por Peña Nieto, trata de ganar bonos propagandísticos para competir y ganar la postulación a fiscal general de la República por nueve años. Claro, la designación la hará el Senado, previamente arreglado el asunto mediante concesiones a los grupos partidistas opositores.

En Coahuila, el moreirismo ya decidió su ficha para la continuidad: Miguel Ángel Riquelme solicitó, este martes, licencia para dejar la presidencia municipal de Torreón y formalizar su aspiración de ser candidato priísta a la gubernatura que se elegirá el año en puerta. Contra esa pretensión de prolongar el cacicazgo de los Moreira (aunque Rubén y Humberto anden peleados, lo que no obsta para que éste lleve largo rato trabajando en busca de ser candidato a presidente municipal de Saltillo o diputado local), los panistas aún no se ponen de acuerdo, con pleitos entre anayistas y calderonistas (aunque, irónicamente, allá el compadre de Calderón se apellida Anaya).

Y, mientras López Obrador ha confirmado en entrevista televisiva, con Carlos Loret, el ánimo de amnistía a la mafia del poder y se ha dicho dispuesto a colocarse junto a Peña Nieto, si fuera necesario un frente nacional contra agresiones de Donald Trump, ¡hasta mañana!

Twitter: @julioastillero

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