La cinco veces medallista paralímpica Amalia Pérez se siente orgullosa por lo que la vida le ha dado, como ser uno de los pilares del deporte adaptado, donde se han logrado avances para erradicar la discriminación y la desigualdad.

En su caso, luchó por ir quitando estigmas en una disciplina segregada como el lanzamiento de potencia, en el que las mujeres no estábamos incluidas y comenzaron de cero a partir de 2000, cuando su deporte se integró al programa oficial de los Juegos Paralímpicos en Sydney.

A partir de ese año las mexicanas se convirtieron en un referente en los podios internacionales. Además de las medallas que obtenían también imponían récords mundiales.

En el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, la capitalina de 43 años de edad mencionó que hace falta creer mucho en lo que hacemos como seres humanos a pesar de las dificultades que enfrentamos en el mundo.

La tres veces campeona paralímpica en la categoría de silla de ruedas sostuvo que en el deporte se han logrado avances, y al paso de los años se obtuvo una igualdad y equidad como la de los atletas convencionales, logro que hemos ido superando cada vez con esta percepción, señaló.

Le agrada que los paralímpicos hayan acaparado la atención de los medios en Río 2016 al contar sus historias de vida y la preparación que realizan para alcanzar los triunfos y también sufrir derrotas.

Soy un precedente, un parteaguas con cinco Juegos Paralímpicos. Hoy puedo ser un ícono para los jóvenes, para el país, para mi hija. Debemos crear conciencia, merecemos respeto, afirmó la competidora de powerlifting, quien soportó críticas cuando decidió ser madre.

“Hoy las mujeres que estamos en el deporte adaptado de alto rendimiento podemos darnos el lujo de decir ‘estoy embarazada’ y levantar la voz ante las injusticias, porque esto también nos ha costado. Tenemos que poner atención en los jóvenes y alentarlos para que se integren a la sociedad”, sostuvo Pérez, a quien los directivos la tienen bajo la lupa por hablar con la verdad.